viernes, 6 de noviembre de 2020

Jorge Luís Sánchez Rivera y una foto que habla

 


Entrevista al fotorreportero ganador del Premio de Foto Informativa en el octavo concurso Ricardo Sáenz

El fotorreportero Jorge Luís Sánchez Rivera resultó ganador del Premio, en la categoría Foto Informativa, correspondiente al octavo Concurso "Ricardo Sáenz", con la imagen número cinco de la serie "Los valientes".

Con el talentoso artista del lente dialogamos para los lectores de esta publicación.

¿Cuál fue la principal motivación para esa serie fotográfica?

La actual situación epidemiológica que vive Cuba, con el azote del COVID 19, ha ocupado mucho de mi tiempo en estos meses, y esa serie es el reflejo.

La imagen fue tomada en uno de los hospitales cubanos, de los tantos en que son atendidos los enfermos o sospechosos de contagio con ese mortal virus. 

La foto recoge la relación de un médico con una paciente, en ella traté de reflejar la entrega, el amor y la profesionalidad con que todo el personal de salud cubano atiende a quienes necesitan de sus servicios.

¿Cómo fue su vínculo con ese escenario?

Desde el punto de vista profesional fui enviado, en varias ocasiones, a trabajar en zonas de cuarentena y en la llamada "Zona Roja", lo que fue motivo de orgullo para mí,  a pesar de los temores naturales que provoca estar tan cerca del peligro.

Siempre digo que la imagen surgió en el instante y tuve la suerte de que funcionara en sincronía el cuarteto lente-cabeza-ojo-cámara, y así lograr una imagen con la que me siento complacido.


No es la primera vez que una imagen suya, relacionada con la COVID 19, es premiada. ¿Qué significan  estos reconocimientos?

En primer lugar es un halago a la entrega y el amor con que realizo mi trabajo día tras día, donde intento poner lo mejor de mí. También los veo como una complicidad para resaltar el altruismo y el sacrificio de todos los trabajadores de la salud pública en Cuba, quienes a diario se entregan en cuerpo y alma para combatir este virus y cualquier otro mal que aqueje al mundo.

¿Desde el punto de vista profesional cuánto le ha aportado la convivencia en situaciones tan especiales?

Resulta muy complicado vivir en esas condiciones, los temores no te abandonan, pero por encima de todo eso aprendí muchísimo de cómo cuidarme, cómo ser mejor profesional y sobre todo aprendí, de los médicos y enfermeros, a apreciar más la vida de mis semejantes y entregarme mucho más en mi trabajo.

¿Cómo fue su estancia en la Zona Roja?

Aunque fue tensa por lo riesgoso, me sentía seguro luego de que los profesionales me explicaron del uso de todos los equipos para la protección, ellos nos enseñaron a usar la ropa, a manipularla y a cumplir con las medidas de higiene.

Recibimos una atención muy profesional y esmerada, explicaciones detalladas sobre cada uno de los medios de protección y las medidas de seguridad, por lo que la confianza aumentó.

Ver tantas personas enfermas siempre deprime un poco, pero esos mismos pacientes se convierten en fuentes de enseñanza en cuanto a confianza y optimismo.

¿Cuánto ha influido el vínculo con esa realidad, en Jorge Luís Sánchez Rivera?

Muchísimo, desde ese entonces soy mejor ser humano, más conciente de la necesidad de cuidar de la salud y con mucho mayor respeto por los profesionales de la salud cubana.

En lo laboral creo que también ha influido mucho, ahora trato de ser aún mejor fotógrafo, de no dejar escapar ningún detalle que de información sobre lo que sucede a mi alrededor y por sobre todas las cosas daré mayor protagonismo en mis imágenes, a quienes luchan por un mundo mejor.

lunes, 2 de noviembre de 2020

De regreso a la escena el Conjunto Folklórico Nacional de Cuba


Luego de un largo periodo lejos de los escenarios y con un espectaculo dedicado al Comandante em Jefe de  la Revolución Cubana, regresa el Conjunto Folklórico Nacional de Cuba a la escena.

Un programa concierto que incluye algunas de las obras más apreciadas por el público y la crítica especializada, centrará la atención de quienes acudan a la Sala Avellaneda del Teatro Nacional (Plaza de la Revolución) los días 28 y 29 de noviembre, en sus horarios habituales de 20:30 horas y 17:00horas, respectivamente.

Con la dirección artistica y general de Manolo Micler, Premio Nacional de Danza 2017, al escenario de la emblemática sala llegará la cincuentenaria compañía con   obras alegóricas a la tradición de matriz africana y otras relacionadas con la cultura popular cubana.

Rezo a Obatalá, Eshu, Obatereo, Yemayá, Abakuá y Dahomeño, entre otras, alternarán con la Rumba, el Son, la Trova y la Canción, por sólo citar algunas de las propuestas que pondrá disfrutar  el público amante de la compañía fundada en mayo de 1962 por el investigador y etnólogo Rogelio Martínez Furé y el coreógrafo mexicano Rodolfo Reyes.

Los jóvenes músicos y bailarines de la legendaria formación demostrarán en la escena su respeto por las expresiones de la cultura popular y tradicional cubanas y el compromiso que los caracteriza.

Las entradas estarán a disposición del público desde el martes 24 de noviembre en la taquilla del Teatro Nacional.

domingo, 1 de noviembre de 2020

Jóvenes artistas del Conjunto Folklórico Nacional de Cuba desafiaron los miedos


Siempre que Cuba ha vivido situaciones difíciles los jóvenes han adoptado posturas loables en el afán de contribuir a mitigar los efectos.

Así ha sido la más reciente etapa de pandemia, provocada por el mortal COVID-19, momento que ha demandado de la colaboración de todos y en el que la respuestas de los jóvenes no se ha hecho esperar.

Tal es el caso de dos integrantes del Conjunto Folklórico Nacional de Cuba, David Frank Acosta Mazorra(bailarín) y Leonardo Ruiz Valdarrain (percusionista), quienes se sumaron voluntariamente a la convocatoria de las autoridades sanitarias, para apoyar en Centros de Aislamiento de La Habana.

El primero, regresado de la Universidad de las Artes (ISA), prestó sus servicios en la sede de altos estudios, convertida en espacio para la atención a sospechosos de contagio.


"...supe de otros artistas  jóvenes que estuvieron vinculados a Centros de Aislamiento en el primer periodo  y junto a otros alumnos hablamos con los directivos para conformar una brigada  que representara a maestros y estudiantes.

Fue una experiencia única y bonita poder ayudar a la Revolución en un momento tan difícil.

Allí aprendimos a convivir con personas que podían estar contaminadas con el virus, también  a cuidarnos y a cumplir estrictamente con las medidas higiénicas y sanitarias.

Me siento orgulloso de haber dado mi aporte, y desde ese momento siento que he crecido como persona...", comentó el también líder de la renovada comparsa Los Dandis de Belén.

Por otra parte, en la Residencia para maestros del municipio Playa se vió trabajar duro y responsablemente al percusionista, transformado en cooperante sanitario.


"...no voy a negar que llegué con muchos temores, porque ese virus mata, pero mi compromiso con Cuba fue mayor que mis miedos y por eso no lo pensé mucho y me sumé a la tarea, respondiendo a una convocatoria de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR).

Allí lo mismo contribuíamos con la limpieza del lugar, que repartíamos los alimentos y ropa de cama.

Fueron dos meses de riesgo, sí, pero también de aprendizaje y de entrega.

Lo más gratificante era ver que los  pacientes agradecía nuestro apoyo y los médicos nos veían como un 
complemento a su trabajo...", fueron sus palabras.
 
Acompañados por normales temores ante la posibilidad del contacto directo con algo que les podía costar muy caro, estos dos jóvenes asumieron una responsabilidad digna de reconicimiento, y se unieron a un ejército que con la alegría propia de su edad, no se dejó amedrentar y aceptó el desafío.

Ellos, junto a sus compañeros de causa,  siempre estuvieron bajo la vigilancia del personal médico quienes velaron por su salud, al tiempo que los instruían en el uso correcto de los medios de protección individual y la aplicación rigurosa de las medidas para evitar el contagio.

Actitudes cómo las de David Frank y Leonardo demuestran que los jóvenes artistas cubanos son capaces de transformar sus rutinas cotidianas siempre que Cuba los necesite.