San Cristóbal de la Habana fue fundada el 16 de
noviembre de 1519, aunque el proceso se había iniciado cinco años antes por
órdenes de Diego Velásquez, hecho que ubica a esta ciudad entre las primeras
villas del país.
En 1553 y gracias a su
privilegiada posición geográfica La
Habana se convirtió en capital de la Isla a partir de lo atractivo
de sus condiciones como punto de encuentro de diferentes culturas.
Su arquitectura singular y
mística sobresale por la confluencia en ella de diferentes estilos, de entre
los que destaca el colonial que se encuentra, fundamentalmente en el Centro
Histórico, lugar declarado en 1982 como “Patrimonio Cultural de la Humanidad”.
De igual manera en esta
parte de la ciudad destaca un sistema de fortificaciones del que sobresalen los castillos del
Morro-Cabaña, el de la Fuerza
y el de la Punta, edificaciones que se
incluyen en las importantes áreas del patrimonio arquitectónico recuperado que
hoy se exhibe gracias a la intensa labor de restauración que lidera la Oficina del Historiador de
La Habana.
El Templete resulta entre
los símbolos de la ciudad por ser espacio para una de las más hermosas y
antiguas tradiciones de la isla, además su emplazamiento representa la
determinación del área que ocupó en principio la Plaza y Villa de San
Cristóbal de La Habana
desde su fundación, Villa que quedó perpetuada primero por la Ceiba conmemorativa, luego
por la piedra en la
Columna Cagigal (1754), y más tarde con el templete
neoclásico y sus lienzos interiores (1828).
Tales monumentos atestiguan
que en este lugar -o muy próximo a él – fue el escenario de la primera misa y
sesión del cabildo, celebrados bajo el frondoso árbol.
Por lo que como es ya
ancestral la jornada del 15 de noviembre, a partir de las seis de la tarde
comenzará “Desde el Palacio de los
Capitanes Generales hasta el Templete”: ceremonia a la que cientos de habaneros
acuden para honrar a la Ciudad
en una de las más arraigadas tradiciones, reunidos a la sombra de la ceiba y donde
solicitan al Santo Patrón el cumplimiento de tres deseos.
Otras de las maravillas que
expone la Habana
en su 495 cumpleaños son sus hermosos parques y modernas e impresionantes
edificaciones, con una notable originalidad y belleza, propuesta que se complementa
con numerosas instituciones culturales.
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