Si usted es
seguidor de la percusión cubana y escucha el nombre de José Julián Morejón Pino
tal vez no tenga idea de quién se trata, pero si le dicen J.J entonces no le
cabrá la menor duda de que se trata de una de las nuevas figuras del mundo de
los cueros percutidos.
El singular
sobrenombre se lo debe a la profesora Dalia Rosa, quien lo bautizó así desde
que comenzó a estudiar en la habanera escuela de música “Alejandro García
Caturla”, lugar a donde llegó con apenas seis años de edad.
Reconocido
entre los jóvenes más descollantes en el género en Cuba, como los de su
generación es irreverente y decidido, atributos que le han ayudado a incluirse
ente los mejores percusionistas de la Isla en estos tiempos.
Estrechamente
vinculado con la música desde pequeño a partir de la figura paterna, quien
desde su afición a la música lo vinculó con las sonoridades más autóctonas del
país y con una herencia materna proveniente de la oriental familia Ajo y su Órgano Oriental, el pequeño creció entre la buena música cubana.
Otro de sus
paradigmas es el hermano Yasser quien se graduara en la especialidad de
guitarra clásica en el Conservatorio habanero Amadeo Roldán y como
contrabajista en Dinamarca, etapa de la que recordó: “desde muy chiquito mi
padre me llevaba a las tardes de Rumba en el Conjunto Folklórico Nacional y mi
hermano se encargada de acercarme a los Festivales de Jazz y para que pudiera
ver me levantaba en sus hombros, así comencé a forjarme como músico.
Luego la
influencia de mis maestros en los diferentes niveles, completaron la
inclinación que hoy es parte de mi”
¿Has estado presente en algunos
proyectos discográficos?
Mi primera
experiencia fue con Ivette Cepeda en el disco “Estaciones”, fue algo
inolvidable porque estaba acabado de graduar y tenía algunos temores normales
en esa primera etapa, después grabé con el flautista Orlando Valle (Maracas).
Y aunque no
en proyectos discográficos he trabajado con agrupaciones como Mayohuacán,
Paulito FG, y Bobby Carcacés y su grupo, esta última una verdadera escuela para
los nuevos músicos.
¿A cuánto has tenido que renunciar
desde que te decidiste por la música?
Cuando uno
se da cuenta de lo que quiere debe priorizarlo, todo tu mundo cambia y también
las preferencias, tuve que privarme de fiestas, amigos, novias, modas y otros
hobbies.
Casi el 85
por ciento del tiempo se lo he dedicado a mi carrera, esto también ha implicado
sacrificios económicos míos y de mi familia, tuvimos que destinar importantes
presupuestos para asistir a conciertos y presentaciones de los grandes músicos
cubanos, porqué es así como se complementa lo que se aprende en la escuela.
Mi familia
también se sacrificó mucho, mis padres me acompañaban desde pequeños a los
conciertos y espectáculos además del tiempo que también dedicaron a mi
formación, mi hermano que siempre me ayuda con informaciones, videos y otras
cosas necesaria.
En la
academia cubana de música aún tenemos pendiente la tarea de estudiar más la
música que se hace en Cuba desde sus raíces más populares, allí se estudia
mucho a los clásicos universales pero no así a los del patio, aunque se hacen
esfuerzos para revertir esa realidad.
Entonces
tuve que auto prepararme mucho, siempre estuve claro de lo que quería y por eso
busqué información sobre grandes del panorama cubano (Miguelito Cuní, Chapotín,
Arsenio Rodríguez, Angá, Los Van Van), igualmente el jazz y la rumba cubana.
Además me
vinculé mucho con videos de lo más actual del panorama sonoro internacional en
todos los géneros y estilos.
Especial fue
la figura de mi maestro José Eladio, quien me inculcó que no solo es importante
la música actual, con él aprendí a escuchar música tradicional cubana que es
muy importante para la más contemporánea.
¿Qué significó formar parte del
Ballet Lizt Alfonso?
El Ballet Lizt Alfonso fue muy importante para mí porque
además de trabajar junto amigos de toda la vida el trabajo profesional bien
estructurado que allí tiene lugar es una escuela.
Trabajar en
función de un espectáculo danzario exigió más concentración y hacer las cosas
siempre igual porque ahí no son válidos los cambios ni las improvisaciones,
porque la música está en función de una coreografía, lo que te obliga a ser
estrictamente profesional.
La
disciplina en el cumplimiento de los horarios, en el vestuario, la manera de
comunicarse y hasta de saludar han contribuido a forjarme en lo profesional y
lo particular.
También hiciste reggaetón un tiempo,
qué te aportó ese género.
Con él gané
“la tarima”, es decir el contacto directo con el público. Con reconocidos
cultores del género (El Señor Rodríguez, El Magnífico, Liester M), trabajábamos
mucho y eso me quitó el miedo escénico, porque en ese género tienes que
desdoblarte en cantante y bailador.
¿Qué significa ahora trabajar con
Isaac Delgado?
Esa es la
realización de un sueño, desde niño lo escucho y era el camino para mí y para
muchos que estudiaron conmigo. Ahora el maestro me dio la posibilidad de
interactuar con muchos de los más grandes músicos cubanos.
La exigencia
de Isaac me ayudado mucho en mi desarrollo profesional, pertenecer a su
agrupación exige de mi ser cada día mejor para estar a tono con el resto de la
agrupación, por lo que trato de dominar el repertorio y estudiarlo diariamente.
Miguel Angá
Díaz, el puertorriqueño Geovanny Hidalgo, Keysel Jiménez y Rolando “el Niño
Mentira” Salgado, son los paradigmas de este intrépido joven que se ha forjado
un estilo propio de ejecutar más de un instrumento a la vez, con lo que atrae
la atención de conocedores y neófitos.
“Del Niño
Mentira aprendí a ejecutar el bongó, es uno de los músicos que más me ha
impresionado con su conocimiento sobre esta familia de instrumentos.”
En los últimos tiempos se habla
mucho de JJ en el entorno musical. Eso te ha hecho cambiar.
Yo no creo
que aunque se hable de mi eso sea sinónimo de que llegó mi momento, los
percusionistas cubanos todos son muy buenos y yo solo he tratado de insertarme
en ese mundo haciendo uso y aplicando lo que me enseñaron mis maestros.
Pienso que
gracias al trabajo en colectivo hemos logrado que la percusión cubana esté en
el lugar que ocupa hoy, no es menos cierto que lo individual influye pero lo
más importante es el trabajo en equipo, ese es el que trasciende.
Fuera de la música, quién es JJ.
Soy un
cubano de estos tiempos que ama el deporte, la playa, la buena música, el baile
y la comida, pero sobre todas las cosas me gusta la cultura cubana, la que nos
hace sobresalir en el mundo. Me hace sentir muy bien ver a los más jóvenes
aportando a que la percusión se mantenga viva.
Me considero
un amante de la familia, disfruto mucho con su compañía y con la de mis amigos,
a ellos quisiera tenerlos junto conmigo todo el tiempo.
Disfruto
mucho ayudar a las personas, compartir información de cualquier tipo y enseñar,
no he tenido la oportunidad de ser maestro pero cuando pueda lo haré con gusto
y cariño, tal vez porque no tuve esa posibilidad durante mi formación, siempre
tuve que moverme bastante solo en el mundo del arte y por eso me siento muy
bien evitándole esa soledad a otros.
muy buena entrevista, estoy a punto de publicar un artículo sobre el nuevo grupo que esta dando de que hablar y he visto en un par de ocasiones "Mas con Menos" donde J.J. es uno de sus pilares! el artículo saldrá aqui www.cm-music.nu en inglés..
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