Quizá quienes vieron nacer, el 28 de abril de 2006, en el habanero parque John Lennon (17 y 6), a la compañía Ópera de la Calle, no auguraron larga vida a un proyecto que diferente a los demás centraba su vida en el canto lírico.
Pero, para suerte de la cultura cubana ahora celebra sus primeros catorce años la atrevida iniciativa del barítono Ulises Aquino, líder de un excelente grupo de artistas y técnicos que lo siguen de manera conciente y confiados en sus intenciones.
Aunque los tiempos no vislumbran prometedores futuros en los integrantes de esta formación donde la música, la danza y la actuación centran su trabajo se aprecia un espíritu de optimismo y deseos de explorar novedosas maneras de llegar al público.
A lo largo de estos años los miembros de la "familia" Ópera de la Calle se han convertido en referente del trabajo con las expresiones del arte lírico en el país, resultado de la entrega y el compromiso con la expresión de la cultura tradicional cubana menos beneficiada, en un momento en que las expresiones escénicos-musicales han quedado en desuso, a partir de la poca existencia del Teatro Musical y del Lírico.
Cada una de sus propuestas pone de manifiesto un franco diálogo entre la música lírica tradicional cubana y la popular, lo que con un estilo particular les ha granjeado prestigio dentro y fuera del territorio nacional.
Acciones comunitarias emanadas desde talleres de formación vocacional para niños, un proyecto urbano de jóvenes y adolescentes, el estrecho vínculo con niños sin amparo familiar, acogidos en instituciones educacionales enclavadas en la zona donde radica el proyecto, a porque se suma el vinculo con un pequeño grupo de niños con problemas motores, son solo algunas de las opciones abiertas a la comunidad desde Ópera de la Calle.
En su currículum sobresalen cerca de mil funciones en importantes escenarios habaneros (Teatro Karl Marx, Gran Teatro de La Habana "Alicia Alonso", Sala Avellaneda del Teatro Nacional) y plazas y parques de toda la Isla.
Este mismo escenario fue sede, este año, de un especial homenaje a la mexicana Virgen de la Guadalupe.
Difícil resulta resumir el quehacer de esta laboriosa agrupación, pero enunciaré lo más trascendental ocurrido durante los últimos tiempos, sin un orden cronológico estricto.
Para comenzar el homenaje a Ernesto Lecuona protagonizado hace poco más de un año en el Gran Teatro de La Habana "Alicia Alonso", y en el que compartieron escenario con la Orquesta Sinfónica Nacional y el maestro Frank Fernández.
Diseñado en dos presentaciones, fueron interpretadas las más conocidas composiciones de quien ha sido destacado como uno de los más cantados creadores del mundo.
Otro momento importante en el quehacer de Ópera de la Calle fue el concierto homenaje al maestro Frank Fernández, que tuvo por sede la Sala Avellaneda del Teatro Nacional y al que se sumaron importantes artistas cubanos.
El estreno de 1959, una de sus más importantes obras, es otro de los más significativos hechos de la prestigiosa compañía, a lo que se suma su regreso al oriente cubano (Holguín y Guantánamo), provincias donde cumplieron con agendas que incluían acciones teóricas con estudiantes de las academias de música, clases magistrales y presentaciones para el público.
¿Perfecta? No, como toda obra humana Ópera de la Calle puede ser aún mejor, pero quienes lean estas líneas no negarán que ha habido un trabajo serio y una entrega constante que los ha ubicado muy cerca del lugar que merecen.
En el momento en que Cuba comenzó a sufrir de la actuál situación epidemiológica estaban inmersos en el montaje de Tierra Brava, propuesta con la que llevarán a escena una buena parte de la creación musical del pianista y creador de reconocidas piezas con "Zapatero por derecho", por sólo citar una de las más reconocidas.
Esa es una tarea pendiente de la que seguro disfrutaremos.
Con los desafíos de estos nuevos tiempos seguro que los integrantes de Ópera de la Calle se reinventarán para no defraudar a su público.
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