Cuba ha sido calificada por muchos cómo La Isla de la música, un apelativo justo para la tierra donde han nacido figuras inmensas en el pentagrama universal.
Benny Moré, Ignasio Piñeiro, Adolfo Guzmán, Chucho Valdés, Gonzalo Rubalcaba y Joaquín Betancourt Jackman, quién me ha motivado para este, regalo de cumpleaños, son sólo algunos exponentes.
Escribir de uno de los más importantes músicos cubanos del último siglo no es tareafácil, mucho le debe la cultura cubana a tan grande figura, reconocido ante todo como ser humano excepcional.
Nacido en Camagüey, el 27 de mayo de 1951, desde muy pequeño se sintió atraido por el Son cubano, afecto que lo impulsó a responder a una convocatoria que leyera en 1962, en el periódico "Hoy", y en la que se promovía el posible acceso a la Escuela Nacional de Arte (ENA).
Gracias a una parte importante de su vida, publicada por en su perfil de Facebook, he conocido detalles de sus muchas experiencias.
Fuertemente influenciado por la música popular cubana, el entonces estudiante de violin desafió los sin sentidos del momento en relación con ésta en las academias cubanas, y se unió a Adalberto Álvarez en la Orquesta Charanga Típica de la ENA.
Ese formato demostró su valía y logró representar a la institución docente en un concierto en el Teatro Karl Marx, donde se clausuró un Congreso de Educación y Cultura.
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| Una guía a seguir |
Distinguido en el mundo como orquestador, productor musical, arreglista, director y maestro, su huella ha quedado indeleble en generaciones de cubanos, quienea músicos o no; valoramos en alta estima sus aportes.
Su primer arreglo musical fue al son "Suavecito", del fundador del legendario Septeto Nacional, tema que abrió un sendero inmenso a una capacidad creativa que ha incluido múltiples producciones como “Melosofías”; del sello BMG de Francia, “Como pan caliente”; del sello Nueva Fania y “La Rumba soy yo”; del sello Bismusic, que le valió un Gramy Latino en 2001, en la categoría Música Folclórica, junto a la co-productora Cary Diez.
Sus respetados arreglos sinfónicos a temas populares han aportado a la admiración que le tiene el público cubano e internacional a quien fuera identificado dentro del grupo de los "Cheos", durante su etapa de estudiante.
Representante de una generación llena de sensibilidades musicales, en la que se incluyen Lino Neira, Andrés Alén, José Loyola, Beatriz Márquez, José Luís Cortés, Jorge Arangón, Emiliano Salvador, Arturo Sandoval y Juan Pablo Torres, entre otros, cuando se hable de arte en Cuba no se podrá obviar el nombre de Joaquín Betancourt.
Su agrupación Opus 13 fue, al entender de muchos, su catapulta hacia lo más alto de la música cubana, una de las creaciones más significativas del multipremiado maestro, a quien salvando una de las tantas deudas fue reconocido el pasado año con el Premio Nacional de la Música.
Entre los más importantes logros de Betancourt sobresale una de sus obras más recientes: una Jazz Band que reune a talentosos músicos jóvenes y que ha logrado ubicarse entre las grandes formaciones de la escena jazzística internacional.
Respetado en el panorama internacional, ha impartido clases en prestigiosas universidades del mundo, sus colaboraciones con descollantes figuras internacionaleno son pocas y en la larga lista de creaciones destaca la el Himno del Festival Nacional de Cultura en Angola.
Sus más recientes presentaciones junto a la Banda Nacional de Conciertos han afianzado los criterios sobre su genialidad musical, temas popularizado por dos ídolos de la música cubana (Juan Formell y Adalberto Álvarez) alcanzaron una dimensión diferente al ser escuchados con arreglos sinfónicos que mantuvieron llena la Sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba.
De igual manera su homenaje a Benny Moré (el Bárbaro del Ritmo), en el mismo escenario y junto a su Jazz Band, e invitados fue otro logro más en su larga lista de éxitos.
Felicitaciones, por su cumpleaños y por su grandeza como artista.
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