Candita Batista Batista es una camagüeyana que el venidero 3 de octubre celebrará su cumpleaños 96, lo que no significa impedimento para su desarrollo artístico y personal en escenarios de su natal provincia o donde se solicite su presencia.
Hoy regresa a casa luego de unos días por la capital de la Isla, y en gesto de buena anfitriona recibió a quien escribe en la Casa de Vista de la Unión de Escritores de Cuba (UNEAC), lugar donde los presentes disfrutamos de una mañana sabatina para recordar.
Como buena hija de Yemayá, (oricha del panteón Yorubá que sincretizada con la Virgen de Regla simboliza la maternidad), la primera impresión que causa esta mujer es la de una madre, o mejor una abuela exigente pero cariñosa, con una amplia sonrisa para recibir a todo el que llegue a su puerta buscando la tranquilidad del mar en días de paz.
Rememorar el tiempo de sus inicios iluminó el bello rostro de ébano, tiempo que calificó como muy bonito a partir de los 16 años de edad con que comenzó a integrar varias orquestas y en la Sociedad Victoria donde hizo una intrevista que le abrió las puestas del estrellato en la incursión dentro de diferentes géneros musicales y dramáticos,siendo la primera mujer que se integró como solista a una orquesta masculina en la provincia de Camagüey. Trabajó en bailes populares, sociedades y emisoras radiales de la ciudad de Camagüey.
En el año 1937 se traslada a La Habana, donde comienza a recibir clases y a trabajar bajo la dirección del músico Obdulio Morales, a la vez que se presenta en teatros, emisoras radiales y bailes populares en la capital, acompañada de la orquesta del propio Obdulio y otras agrupaciones.
De manera paralela se incorpora a la compañía de Paco Alfonso como cantante y actriz, a la vez que se presenta en el año 1941 en el Teatro "Martí" como primera figura de la Compañía de género afro–cubano del país.
Por otra parte, colabora y hace presentaciones para obtener fondos destinados al Partido Socialista Popular, encabezado por Lázaro Peña. En este propio año, 1941, sale en su primera gira al exterior contratada para trabajar en México , recorriendo luego naciones de América y Europa, regresando a Cuba en 1959.
Hasta estos días ha llegado esta cubana que se acerca al siglo de existencia, con vitalidad y fuerza tal que en fraternal intercambio, y sin previa preparación protagonizó una informal "descarga cubana" en el portal de la casa de la calle E entre 23 y 25, en el vedado capitalino. La misma fuerza y vitalidad que le permiten ser la voz líder del grupo "Mokekeré".
Amor a la profesión, al trabajo y a sus mokekerés, son las principales razones por las que Candita Batista Batista es y será siempre artista, al decir de esta cubana que pretende volver a la Habana "..........si Dios me presta la vida"
Los mokekerés de Candita
Mokekeré es un vocablo de origen congo que designa a los niños, y el nombre de la agrupación musical que lidera la vedette, por considerar a sus integrantes como sus propios hijos.
La vida le arrancó el único fruto de sus entrañas, pero para compensar su dolor la premió con los integrantes de una grupación que con formato tradicional (percusión, tres, guitarra, contrabajo, dos vocalistas y flauta) la acompaña en la interpretación de ritmos autóctonos de la Mayor de las Antillas.
Para el flautista Orlando Beltrán Brunett, flautista y director de la Mokekeré, trabajar con Candita es un honor y un provilegio, ya que aprenden de su claridad, su elucides y su profesionalismo.
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