miércoles, 23 de junio de 2021

Carlos Miyares regresa la magia de Irakere.

Fotos tomadas de internet

Hay personas a las que nunca se reconocen lo suficiente, a partir de sus aportes a la vida social, política o cultural de una nación y más.

Ese es el caso  del maestro  Chucho Valdés, quien motivado por su onomástico 80 está recibiendo  reverencias de muchos artistas, entre los que destaca el saxofonista Carlos Miyares, quien llega ahora con un DVD contentivo del concierto ofrecido al consagrado pianista y a la banda que lo acompañó durante  años en el pasado siglo: Irakere.

Tributo a Chucho Valdés e Irakere es el título del material en el que quedó registrado lo ocurrido en la Sala Covarrubias del Teatro Nacional, durante la edición 37 del Festival Internacional Jazz Plaza.

Entre los elementos que convierten a Tributo... en un material de especial significación está el hecho de provocar aproximaciones a la que por mucho ha sido reconocida como la más importante banda del país, acercando su magistralidad y misticismo a quienes no tuvieron la dicha de vibrar al compás de su música.

El repertorio incluído en este material recrea temas emblemáticos en el quehacer de Irakere: Juana 1600; Estela va a estallar; Changó; Bacalao con pan; Lo que va a pasar; Ese atrevimiento; Popurrit de éxitos, e  Iya.

Acompañaron al prestigioso saxofonista importantes músicos cubanos, motivados por la huella que ha dejado el multipremiado pianista y la legendaria banda en las sonoridades cubanas e internacionales.

En la nómina de artistas involucrados en este excelente material aparecen consagrados músicos que supieron defender la historia escrita por esa leyenda sonora, lo que constitye otro de los aportes de este audiovisual.

Contribuyen a este material con su maestría y talento Germán Velazco, Rafael Paseiro, Mandy Cantero, Maykel González, Harold López-Nussa, Juan Carlos Rojas "El Peje", Alexander Abreu, Adel González y Yaroldy Abreu, todos exponentes de una generación notablemente influenciada por la soniridad de Irakere.

Las vivencia en esta agrupación o en Afrocuban Messenger’s, (formato musical también  liderado por Valdés),  dotan al material de singularidad, logrando una regresión en el tiempo y despertando nostalgia por los tiempos de Bacalao con pan, Rucu rucu a Santa Clara, o Mami dame caramelo, por solo enumerar algunos de los éxitos de la histórica agrupación.

El material es el resultado de una alianza entre el sello Unicornio de Producciones Abdala y el Centro Nacional de Música Popular, y ojalá se convierta en material de estudio en las academias donde se forman los encargados de continuar la labor de los grandes músicos cubanos, entre ellos Chucho Valdés e Irakere.

lunes, 21 de junio de 2021

Obiní Batá mujeres percusionistas que escriben la historia desde hace tres décadas


Fotos cortesía de Obiní Batá 

Adiós a las uñas largas, esa es la primera idea que viene a la mente cuando se escucha hablar de mujeres percusionistas, pero con Obiní Batá esa es una regla que no se cumple.

Siete hermosas cubanas sacan de los cueros de los tambores los más auténticos sonidos sin perder la femineidad: maquillajes, uñas largas, vestuario seductor y movimientos escénicos provocativos hacen de sus espectáculos momentos de deleite inolvidable.

Cuando el 16 de junio de 1991, para agasajar a los padres del Conjunto Folklórico Nacional de Cuba (CFNC) se unieron a ejecutar los tambores batá las bailarinas Mirtha Ocanto,  Eva Despaigne y Carmen Méndez, nacía una importante formación musical que abrió nuevas puertas a las féminas.

La iniciativa surgió a sugerencia de  Armando Jaime, quien fuera director de comunicación de la prestigiosa compañía y la bailarina Carmen Méndez, de quien se conocía su atracción por los instrumentos de percusión.

En los primeros años la agrupación tuvo que sortear innumerables obstáculos objetivos y subjetivos, comenzando por la mirada cuestionadora de los hombres al considerar un intrusismo el que mujeres se atrevieran a ejecutar las fuertes sonoridades de los tambores batá, instrumentos considerados por algunos, privativos del género masculino.

Las transgresoras jóvenes de entonces encontraron apoyo en tres de los más importantes músicos folclóricos cubanos, quienes les ayudaron en la ejecución de los toques que identifican a las deidades del panteón Yoruba y de otras sonoridades  ancestrales: Alberto Villarreal, Carlos Aldama y Mario Jaúregui.

Pero la historia ha demostrado que también las del mal llamado “sexo débil” pueden tocar los instrumentos de percusión sin agredir los espacios exclusivos para los hombres (marco religioso), y es eso lo que demuestran las muchachas de
Obiní Batá: sacar los mejores sonidos a los cueros, de una manera fascinante.

Dirigidas por la Máster en Ciencias Eva Despaigne Trujillo las jóvenes “obinisas” (como también se les conoce) interpretan un repertorio que incluye danzas y  cantos populares y tradicionales,  pregones y temas ancestrales (cantos y danzas congas, dahomeyanas y haitianas).

Este año la fiesta de aniversario ha tenido por escenario las redes sociales, cumpliendo con las medidas restrictivas impuestas por la compleja situación epidemiológica que atraviesa el mundo.

La historia y el valor de estas mujeres abrió las puertas a otras agrupaciones femeninas que les siguieron los pasos en el afán de incursionar en la percusión afro cubana sin miedos a la censura de una sociedad machista, elemento que constituye uno de sus principales aportes a la cultura cubana.

Por la nómina de Obiní Batá han pasado reconocidas figuras de la música y la danza en Cuba: la versátil Brenda Navarrete, la bailarina Jane Aveille, una de las primeras figuras de la actual generación del CFNC, la talentosa bailarina Nataly León Recodé y la japonesa  Yuko Fong, quien culminó sus estudios en la Universidad de las Artes (ISA), como parte de Obiní Batá.

Un interesante programa han diseñado las seguidoras de la exigente maestra para celebrar sus tres décadas: la grabación de un disco que reverenciará a mujeres imprescindibles en la música y la danza popular y tradicional cubanas, el estreno de un  espectáculo en homenaje a Nieves Fresneda, una de las figuras emblemáticas del CFNC y la convocatoria para el Primer Encuentro Internacional de Mujeres en la percusión folclórica.