Pelladito y uno de sus discípulos (Yandy Alejandro Chang Pérez) |
Gerardo
Pelladito Hernández. es un músico cubano que excede las siete décadas de
existencia, y para quien la edad no es impedimento para hacer algo útil y
agradable, aunque por ello no perciba remuneración alguna.
Primer
Bailarín y fundador del Conjunto Folklórico Nacional de Cuba, este hombre tiene, en la Casa de Cultura Eloisa
Álvarez Guedes, de la Habana
del Este, un taller donde enseña a niños a ejecutar los diferentes instrumentos
de percusión, con el propósito de contribuir a que no desaparezcan los
ritmos identitarios de esta isla.
El
venidero primero de octubre se celebrará el Día Mundial del Adulto Mayor y el
profe Pelladito, como lo llaman padres y alumnos, es un ejemplo de tenacidad y
amor al arte.
Miembro
de una reconocida familia de músicos matanceros, cultores (fundamentalmente de
los ritmos afrocubanos) y de la rumba con todos los componentes que integran su
ciclo, dígase columbia, güagüancó y yambú, es reconocido como personalidad de
la cultura cubana, en honor al quehacer artístico y a la huella que ha
dejado en el mundo con sus enseñanzas, tanto danzarias como musicales.
Para él es motivo de preocupación el fenómeno que actualmente se produce con los
ritmos y géneros cubanos, que ya no se escuchan y que como el Danzón, han
cambiado de nacionalidad por ser este último ahora mexicano.
Su
avanzada edad es privilegio para sus discípulos, quienes con él han aprendido
ritmos como el Mozambique, el Chachachá, el Mambo, el Dengue y muchos otros de
los que ya ni siquiera se habla.
Al
preguntarle porqué se mantiene trabajando en la institución comunitaria sin
percibir salario, contestó que ama a los niños y “ellos no tienen culpa de eso,
por lo que no los puede dejar”
Y
es cierto que los ama, porque llegar al aula de música un sábado en la mañana
es encontrarse con una algarabía tremenda, pequeños de dos años comparten el
espacio con otros mayores y hasta con adolescentes que hacen hasta lo imposible
por sacar sonido de tumbadoras en mal estado, tambores improvisados y batás con
parches de mala calidad, pero Gerardo Pelladito no cesa en su empeño porque es un músico que demuestra que la edad avanzada no es impedimento para defender las raíces culturales cubanas.
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