El
nonagenario Adriano ha dedicado su vida a la música cubana, comenzando con
apenas cuatro años en el Sexteto que creara su abuelo, formato en el que hacía
la segunda voz en el son.
Por
primera vez participa en una transmisión de radio en 1935 con el Sexteto San
Francisco, con apenas doce años, fecha en la que ya tenía bien definido que su
mundo sería el canto.
Creció
su estatura y su interés por los diversos géneros, mostrando especial interés
por la canción romántica aunque no fue donde más se destacó, en conversación
con él comentó:
“…
yo amo la música, toda la música. No quiere decir que todo lo que se hace me
gusta, pero una cosa es el gusto para hacerlo uno y otro es para escucharlo, he
escuchado cosas que me han encantado pero no para hacerlo”.
Adriano
Rodríguez y César (Pupy) Pedroso son los dos músicos cubanos que ostentan el
Premio Nacional de la Música
2013, un galardón que de mane excepcional comparten.
Mencionaré tres nombres y usted me dirá lo que han significado en su vida:
Celia Cruz, Paulina Álvarez y Edesio Alejandro.
Celia
Cruz fue mi amiga en lo personal, con ella interpreté varios números y
compartimos muchas otras cosas, con Paulina Álvarez trabajé en Tropicana en un
espectáculo que se llamaba “Tambó”, en el que actuaba Nat KIng Cole, Mercedita
Valdés y Celeste Mendoza, además actué en el acto celebrado por el primer
Aniversario de la
Revolución celebrado en la Plaza de la Catedral, además compartimos escena en muchas
otras ocasiones, ella era una excelente artista.
Edesio
es algo muy especial en mi vida, nos conocimos cuando me mudé para Alamar,
justo al lado de su casa, de vecinos hemos pasado a ser padre e hijo, él y su
familia son más que amigos. Recuerdo que lo primero que hice con Edesio fue en
una actividad en la Iglesia
de Paula, donde él era uno de los pianistas.
Cuando
aquello hacía lo que era mi hábito: cantar desde por la mañana, lo mismo un
canto lírico que un rezo lucumí o un son, cualquier cosa, lo que le llamó la
atención y provocó que me llamara para hacer pequeñas cosas hasta llegar a “El
Reloj de Pastora”, “Corazón de Son y otras, siempre con cariño, respeto y
admiración de ambas partes.
Especial
es el recuerdo que tengo de Benny Moré, el era un gran hombre y siempre me
trató con mucho respeto, me llamaba “maestro” y se molestaba cuando yo me
rehusaba a acompañarlo en un trago.
Después
de muchos premios llegó el Nacional de la Música, justo ahora a los 90 años, qué ha significado
para Adriano Rodríguez.
Cuando
recibí la llamada me encantó porque eran personalidades con las que tuve
relación, las que me reconocían con tal alta distinción, después de eso la
cantidad de llamadas que he recibido y las frases que me han dicho me llenan de
emoción.
Hay
algo que yo siempre tuve, nunca tuve problemas con mis compañeros, las
relaciones personales siempre fueron muy buenas, yo fui un trabajador de
primera línea y entonces todo lo que he recibido de gente de mi tiempo, de
después y de jóvenes han sido muestras de respeto y cariño, algo que no tiene
precio.
Con
lo único que se pagan esas muestras de afecto es entregando el alma en su
carrera.
¿Qué
recomienda a los jóvenes que comienzan en la música?
Lo
que les sugiero es que nunca dejen de sentir amor por lo que hacen, mientras
más amor sientan por el trabajo que
tienen que realizar mejores músicos serán, porque esto es una labor de
entrega total, no sólo valen las cualidades naturales, hay que ponerle mucho
corazón.
A
estas alturas de mi vida no me es muy fácil hacer una recomendación completa
porque los 90 tienen cosas buenas y cosas no tan buenas.
Entre
risas transcurrió una singular mañana de domingo, recuerdos de sus actuaciones
dentro y fuera de Cuba, de los años en que trabajaba en una fábrica de zapatos,
como agente del seguro, apuntador de charada o repartidor de periódicos, de sus
relaciones con Esther Borjas, Juan Arrondo, Candita Quintana, Ernesto Lecuona,
Leo Brower, Roberto Blanco, Carlos Puebla, Sindo Garay y muchos otros grandes
de las artes cubanas.
Exponente
del canto lírico, de la trova tradicional, fundador del Coro Nacional, y de
otras agrupaciones profesionales y aficionadas, Adriano Rodríguez mantiene una
muy activa vida como cantante y además es presidente de honor del Concurso Juan
Arrondo, en el capitalino municipio Centro Habana.
No
faltaron las anécdotas de su vida privada, de su relación con su esposa, a
quien cariñosamente llama “la viejuca mía” (su compañera desde 1952), con sus hijos y nietos, de sus padres y de los
tiempos difíciles antes de la
Revolución.
Casi
terminando la conversación se sumó Edesio, quien gustosamente había cedido su
estudio de grabación para este entrevista, en respuesta a la interrogante
de qué significa Adriano en su vida
profesional y personal contestó:
"En
mi vida es alguien importantísimo, su excelente voz me deslumbró y gracias a
eso nos hicimos amigos, su voz no es la de alguien que solo le gusta cantar, es
la de un estudioso de la música, y eso precisamente fue lo que me acercó a
Adriano.
Su
presencia en mi vida laboral ha aportado muchísimo, me ha ayudado a fusionar la música
tradicional con los ritmos que hago, con él encontré una manera distinta de
hacer música cubana, una manera completamente contemporánea, a la vez mezclado
con lo más tradicional y eso hacía mucho que lo estaba buscando.
Se
convirtió, así, en alguien imprescindible para mi trabajo, tanto es así que el
último CD que grabé es prácticamente a dúo con él, escribí música
específicamente para Adriano sin límites de estilos ya que posee cualidades
especiales que lo hacen bueno en todos los estilos musicales".
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