Fotos:
Jorge Luís Sánchez Rivera
La
historia de la música cubana está
plagada de glorias en todos los géneros y estilos y el Septeto Habanero
es una de las estrellas que llenan un cielo pletórico de grandes y buenos
músicos.
Esta
emblemática institución fundada en 1920 ha tenido, desde sus inicios, la premisa
de ser escuela de soneros, convirtiéndose en lugar de formación para grandes
del pentagrama nacional y esa es una de las características que aún la
distingue.
Abelardo
Barroso, Félix Chappottín, Pedro Ibáñez, Laito Sureda, Vicentico Valdés y
muchas otros virtuosos de la música tradicional cubana iniciaron una prolífera
carrera artística en el Habanero, lo
que llega hasta nuestros días con la participación de jóvenes que con
excelentes cualidades musicales hoy incursionan en lo más genuino de las
melodías que identifican a este Isla.
Yandy
Alejandro Chang Pérez es el reciénn llegado a este
formato tradicional, él a diferencia de muchos de su generación prefiere
formarse en la tradición dejando a un lado los ritmos más contemporáneos, como
expresión de que la continuidad del sello nacional será perpetuada.
Yandy
ha despuntado como bongosero en el Habanero,
con conocimientos elementales de música que viene adquiriendo de manera no
académica, desde los cuatro años de edad y que ahora a los quince pone en
práctica con tan peculiar agrupación.
Aunque
no procede de escuela de música, esa no es limitante para que, además, integre la Banda Juvenil de Conciertos de
Centro Habana, donde integra la cuerda de percusión desde hace más de cinco
años.
Singularidades
sonoras y personalidad tímbrica propias caracterizan al Septeto, cualidades a las que se unen el respeto por los valores
tradicionales del Son cubano y que en suma lo convierten en el más legítimo
exponente del género y destacado defensor de la música tradicional de este
Archipiélago.
En
Portugal por la venta de más de tres mil copias del CD “Habana 99” , el Habanero se alzó con un Disco de Oro, Huésped Ilustre de la Ciudad de Colombia, en el
2001, nominado al Grammy Latino en el 2010 y muchos otros méritos hacen del
Septeto Habanero una de las glorias de la cultura cubana.
Su
influencia en otros grandes de la cultura nacional se demuestra con ejemplos
como el de Nicolás Guillén, destacada
figura de las letras cubanas quien
escribiera: “Sin embargo, el Son –o sones.- que influyeron en mi fueron
los del Septeto Habanero, como he dicho antes, en mi juventud, hacia fines de
los años 20”
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