Una rica historia contada desde la sonoridad del Drums es el centro de Drummer Negrito, primer fonograma protagonizado por el baterista Rodney Barreto, uno de los más importantes instrumentistas cubanos de los últimos tiempos.
Caracterizado por su sencillez, una perenne sonrisa y un trato amable, el talentoso guanabacoense ha sido de los bendecidos con formar parte de la nómina de instrumentistas que acompaña al maestro Chucho Valdés, oportunidad que ha ganado por sus demostradas posibilidades para sacar del instrumento los sonidos más inesperados.
Méritos alcanzados gracias, en buena medida, a Rosa Barreto, madre, amiga y cómplice de siempre, quien desde sus exigencias, poco entendidas aveces, labró un camino que no ha carecido de obstáculos, pero que él ha sabido sortear.
Esto y mucho más está reflejado en el volumen con el que Rodney alcanzó tres nominaciones a los Premios Cubadisco 20-21 (Making of, Jazz y Concierto en Estudio).
Las influencias de Chucho Valdés, Isaac Delgado, Alexis Bosh y todos los músicos con los que lo ha trabajado, han marcado su trayectoria y están presentes en este material.
"...el título del volumen se corresponde con un juego de palabras con que transformé el título de una de las más populares canciones de cuna cubanas Drume Negrita, y en el que hago honores el instrumento que me acompaña desde los diez años y al término con el que no sólo me refiero al color de mi piel, sino que lo tomo para reverenciar al estilo de ejecutar la batería por los cubanos, quienes hemos logrado distinciones en el mundo por ese motivo.
Esa es la causa de muchos regocijos para mí, además de por el reconocimiento individual que hemos recibido quienes nos consagramos a este instrumento, por el halago que recibe Cuba como país.
Para mí la historia que narra este material es el resultado de todas las influencias que conforman la identidad nacional cubana: la española, la africana y la de todas las culturas que se han unido en ésta tierra...", comentó.
Veinte años de carrera profesional, colaborando con muchas de las más importantes figuras de la música de Cuba y el mundo, han sido llevadas a este DVD concebido con el sello Colibrí y contentivo de diez temas en los que, con el estilo del Jazz que lo identifica, aparecen reflejados muchos de los géneros que ha ejecutado Barreto.
Teniendo en cuenta la amplia lista de melodías interpertadas por este cubano, aparecerá un segundo volumen con el que recorrerá otros estilos y géneros para continuar con su intensión de recoger su legado a la posteridad.
"...en el disco traté de complacer a quienes me siguen en el mundo, pero sobre todo de complacerme y a los productores que trabajaron en él (Esteban Puebla y Juan Manuel Ceruto), por lo que considero que es un regalo para todo tipo de público.
Habrá otro volumen, más adelante porque lo que quiero es dejar mi música ahí, que en el futuro recuerden que existió un Rodney Barreto, que hizo esos discos y muchas otras cosas.
Hasta el momento siento que he cumplido con la misión que me ha tocado.Todos los premios y reconocimientos que lleguen serán bien venidos, pero estoy muy complacido con el rumbo de mi vida hasta ahora y eso está muy claro en este trabajo..".
Para sarisfacer expectativas diversas el audiovisual derivó en un fonograma en el que el protagonista rompe con el mito de que los discos de los bateristas suelen ser aburridos, haciendo una invitación desde el opening que como ventana muestra lo que se encontrará al adentrarse en el viaje sonoro a que invita el disco.
La nómina de participantes es un valor agregado del que no se puede abstraer quien conoce un poco de música, aparecen las maneras de hacer de jóvenes instrumentistas cubanos que han estado muy cerca del quehacer de este importante baterista a lo largo de su vida profesional y otros que en calidad de invitados especiales aportan mayor luz al material.
Cuatro pianistas de reconocidos prestigios (Rolando Luna, Axel Tosca Laugar, Harold López-Nussa y Tony Rodríguez), Yandy Martínez (bajo), Alejandro Delgado (trompeta), Adel González (congas), Alexander Abreu (trompeta) y de la agrupación rumbera Osain del Monte los percusionistas Adonis Panter (padre e hijo) y Ruben Bulnes (cantante).
Mensión especial para el polivalente Esteban Puebla, quien además de arreglista tuvo una marcada presencia en la ejecución del piano, los sintetizadores y la guitarra, y para cerrar la nómina de invitados la gran Omara Portuondo, quien interviene en el tema final con la interpretación de Te quedarás, de la autoría de Alberto Barreto (tío-abuelo de Rodney), e inmortalizado por Benny Moré.
Siete de los temas contenidos en Drummer Negrito son producto de la creatividad de Rodney Barreto, uno pertenece a Esteban Puebla y se suma un homenaje a Juan Formell en interpetaciones muy especiales.
"...hice un homenaje al maestro Formell, porque creo que sus canciones no solo tienen espacio en la música bailable, sino que caben en todos los género, por eso conformamos un trío con el que interpretamos a modo de descarga el popular Sandunguera, uno de los íconos de la legendaria orquesta Los Van Van, que él creó y lideró.
En ese arreglo propio y un poco loco, intervienen Alexander Abreu (trompeta) y Yandy Martínez (bajo).
De ese grande de la música cubana también interpretamos Mis dudas, con un arreglo impresionante de Tony Rodríguez.".
Jaranero, buen amigo, amante de la cocina y de la comida, Rodney Barreto ha estado muy activo durante este período de aislamiento a causa de la COVID-19, su presencia en las redes sociales ha ido desde clases online hasta la producción de su propia música o la edición de videos.
En correspondencia con las exigencias de estos tiempos ha aprovechado las restricciones necesarias para materializar ideas que por falta de tiempo fueron postergadas.
"...de momento me he visto manejando la tecnología con destreza y editando mis propios videos o haciendo el sonido del Drums desde un programa de computación, habilidades que no pensé que pudiera tener...", comentó sonriente.
A la interrogante sobre las posibilidades que le ofrece ese instrumento y su relación con él, la respuesta no se hizo esperar: "...él es el protagonista de mi vida, me sentí atraído desde pequeño cuando escuchaba a mi tío (Julio Barreto), y ver la cantidad de caminos que con él se pueden tomar, lo que podemos abarcar y todas las posibilidades que ofrece, fueron los motivos fundamentales para esta relación de amor y respteto entre la batería y yo.
Desde ella puedo expresarme de maravilla, cuando veo algo que me inspira a componer me imagino las melodías pero pienso primero en el ritmo, voy al Drums para crear el patrón rítmico que quiero y después es que me centro en la melodía...".
Antecede a Drummer Negrito el fonograma Drums La Habana en el que se une a Oliver Valdés, y con el que logaron marcar el final de una época caracterizada por la ausencia de la batería cubana como centro de un disco.
Ese fonograma fue el primer DVD de percusión producido en Cuba y por Enrique Carballea.
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