lunes, 4 de abril de 2022

Dos miradas diferentes desde el buen teatro cubano

La magia de las salas de teatro despiertan sensaciones  inigualables, logrando una especial complicidad entre el actor y el público, que en ocasiones trastoca su rol con el de quien está en la escena para lograr un diálogo único en cada presentación.

Vivencias similares experimentan quienes deciden acompañar a los colectivos actorales de las dos interesantes propuestas escénicas que han acaparado la atención de los amantes del teatro por estos días en La Habana.

El diario de Ana Frank, Apnea del tiempo es la sugerencia del grupo Ludi Teatro que cada fin de semana en su sala de I e/. 11 y 13 acerca a los expectadores a la realidad cubana de los últimos tiempos, marcados por ul mortal virus del COVID-19

La mirada de la dramaturga cubana Anieska Hernández, al necesario aislamiento social de inicios de la pandemia y el paralelo entre la realidad de su hija de trece años y la de la protagonista de la novela tejida a partir de los diarios personales escritos por Ana Frank entre el 12 de junio de 1942 y el 1 de agosto de 1944, conforman una excelente obra que obliga a la reflexión y el análisis.

Vale resaltar que la ejecución de la música, en vivo, aporta valores agregados, complementando una manera de hacer poco frecuente en el teatro cubano, en la que músicos y actores interactúan en la escena y enriquecen la propuesta.

Por otra parte y rompiendo de manera positiva, todos los pronósticos de aceptación de público, regresó al escenario del Cine-Teatro La Rampa Jazz Vilá Project con su aclamada Farándula, comedia de situaciones que mantiene en alto la atención y la risa.

Lleno total ha sido el denominador común de las cuatro temporadas de una obra que se reinventa en cada entrega, como signo de vitalidad y actualidad.

Esta será la temporada final de la obra de Jazz Vilá, la misma que muy cercana a su función 200 no deja lugar a las dudas en cuanto a la manera en que muchos se ven representados en la escena.

Personajes muy cercanos a usted o a mi, situaciones experimentadas por muchos y dos elencos pequeños, pero talentosísimos han sido ingredientes especiales para Farándula.

Si a lo anterior le sumamos el aderezo de la simpatía nata en los cubanos, la cotidianeidad y muchas de las problemáticas que marcan el día a día, pues es ésta una sugerencia exquisita para disfrutar durante los fines de semanas de abril, antes del adiós.

Ambas obras se asoman a la vida cubana, desde diferentes ventanas, pero con la calidad actoral y de puesta en escena que quienes disfrutamos del teatro agradecemos.

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