En
el año 1999 un grupo de barberos y peluqueras se reunieron para trabajar de
conjunto con el propósito de dignificar estos oficios, uniéndolos al arte y la
historia, lo que dio lugar al Proyecto Artecorte, un museo que se erige en la
vivienda de Gilberto Valladares, en el segundo piso de Aguiar número 10, entre
Peña Pobre y Avenida de las Misiones, en la Habana Vieja.
Según reseña
Tribuna de la Habana
la idea original involucraba no sólo a los
vecinos, sino que entendieron necesario extenderse también a los trabajadores
por cuenta propia y a las Empresas del sector estatal ubicadas por los
alrededores para lograr sensibilizarlos, que les apoyaran, y además, ir
inculcando en todos el sentido de pertenencia.
En la casa
devenida institución cultural existen dos muestras permanentes, Hasta el último pelo, de un artista de
los alrededores, y El sueño de un barbero,
creación artística del propietario.
Artecorte ha
influido en el entorno y ya la cuadra es espacio para otras obras, de mediano y gran formato,
donadas por sus autores, y que alegran y embellecen el entorno, obras que
comparten espacio geográfico con una
escuela dirigida principalmente a jóvenes desvinculados donde se enseña el
oficio y sus valores y donde los
servicios se brindan totalmente gratis a la población.
Para llegar a los
más chicos, los protagonistas de este
sui géneris proyecto laboran en un parque infantil donde “los aparatos”,
estarán diseñados como herramientas del oficio y donde existirá un pequeño
salón de barbería, lugar que han bautizado con el nombre de Barbeparque.
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