Fotos: Jorge Luís Sánchez Rivera
Mañana tres de
noviembre, La Habana despedirá el XV Festival Internacional de Teatro, un
evento que desde el 25 de octubre ha estado ocupando las principales carteleras
de las salas capitalinas.
Obras para grandes y chicos
han hecho el deleite de jornadas signadas por el buen hacer, en cualquier
latitud ya que de todos los continentes llegaron agrupaciones de disímiles
formatos para cautivar la atención de los espectadores de una nación donde se
sabe apreciar lo bueno.
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Desde la lejana Rusia
llegó Ana Karenina, para descorrer
las cortinas de la celebración y consternar al público que de pie junto a sus
asientos se mantuvo por espacio de 20 minutos, aplaudiendo la presentación del
Teatro Estatal Académico Evguéni Vajtángov. Este espectáculo coreográfico está basado en la
novela homónima de León Tolstói.
Llegar a la luna no
es tan fácil como se piensa, por eso Liz y Yaz lo intentan una y otra vez,
ponen en práctica las sugerencias de la abuela de Liz, las recomendaciones del
padre de Yaz, preguntan al vendedor de baratijas, a la maestra de música,
planifican por aquí, construyen por allá.
En medio de los
preparativos para el viaje, los niños se preguntan: ¿llegaremos a la luna?,
¿será tan extraordinaria como la describe la abuela?, ¿valdrá la pena hacer tan
largo viaje?, ¿y si fracasamos?, en
eso consiste El Caso de la Luna, obra
que desde los Estados Unidos, trajo a La Habana Artefactus Cultural Project.
De Finlandia llegó
Sixfingers Theatre con Trafika,
puesta en escena que en tan solo 45 minutos hizo reflexionar a los que
estábamos en el Café Brecht, con la trama que cuenta la relación de una pareja
que solo logra comunicarse a través de señales de tráfico.
Para la Compañía
Teatral Apsara, de Suiza, llegar a la capital cubana con No es tiempo de sirenas fue un gusto inmenso, el espectáculo es la
angustia perpetua de evitar las trampas de la vida cotidiana las angustias que
provoca la emigración femenina, un universo en el que el contrato de «artista
de cabaret», puede ser una puerta abierta a la prostitución. Nadie emigra y
queda impune.
Muy particular fue la
presentación del espectáculo traído desde la India, con motivo del Festival de
Cultura de esa nación asiática, que hasta el cinco de noviembre tiene lugar en
la capital de esta Isla del Caribe.
El coliseo del Teatro
Mella recibió al espectáculo Nrityarupa, un
mosaico de danzas tradicionales hindúes, quedando de
esta forma inauguradas, oficialmente, jornadas de cine, literatura y cultura
culinaria de la nación de Rabindranath Tagore.
Muchas otras han sido las presentaciones teatrales
del 15 Festival Internacional de Teatro de La Habana, un evento en el que han
estado presentes acercamientos, desde la teoría, a esta manifestación
artística.
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