Hacia mediados del siglo XX, mientras el jazz era un fenómeno
cada vez más común dentro de la música cubana, las vivencias formadoras de
músicos cubanos en los Estados Unidos de América continuaban hacia el apogeo.
La marcada influencia norteamericana en la música de la Isla se evidencia incluso en las más populares
composiciones cubanas, como es el caso del compositor, violinista y director Enrique Jorrín entre cuyas obras se cuenta Silver Star, y el
violinista, compositor y arreglista cienfueguero Rafael Lay, con Charleston-cha.
Otras figuras cubanas signadas por las sonoridades norteñas
fueron la pianista Ñola Sahig (Ciego de Ávila, 1930) quien sobre 1950 se
trasladó a Nueva York, perfeccionándose en la Juilliard
School
of Music durante cinco años, y también estudió en Chicago, el
compositor y tresero Arsenio Rodríguez (Güira de Macurijes, Matanzas, 1911-1972)
integró un sexteto llamado Boston.
Celeste Mendoza (La
Reina del Guaguancó), Félix Chapotín, Arsenio Rodríguez,
Carlos Fariñas y muchas otras glorias de la música cubana estuvieron
profundamente influenciados por la música norteamericana, lo que llega hasta
nuestros días con un Festival de 29 años que lleva por nombre Jazz Plaza.
El certamen ve la luz 14 de febrero de 1979, para celebrar el
Día de los Enamorados (San Valentín), comienza en la Casa de la Cultura del municipio
habanero Plaza de la
Revolución, sita en Calzada y 8.
El encuentro devino en
franca festividad y ambiente popular, escenario ideal para la
participación de distintas generaciones de jazzistas cubanos, desde el maestro
Armando Romeu hasta la más joven y virtuosa generación
Poco a poco surgieron otras subsedes y espacios en el mismo
municipio: el Club Maxim; el
Hotel Habana Riviera, la piscina del Hotel Nacional, night
club como la Zorra y el Cuervo, Jazz Café,
el snack bar Chico O’Farrill,
y los Hoteles Nacional,
Presidente y Riviera; teatros como el Amadeo Roldán, el Nacional
y el Mella.
La Casa de Cultura abriría su Jazz salón y se extendieron
las subsedes a otros municipios capitalinos, como el teatro Karl Marx, en el aledaño municipio Playa.
Memorables resultan aun la actuaciones en la Casa de la Cultura de los legendarios
grupos Irakere, Emiliano Salvador y su grupo, Bobby y su Afrojazz, NG la Banda, Frank Emilio,
Guillermo Barreto, Orlando Cachito López, Lázaro Morua y otros.
A partir de 1982 el Jazz
Plaza adquiere carácter internacional con la participación de solistas y grupos
de varios países: Bárbara Dane, Dizzy Gillespie, Dave Valentín, Flora Purín,
Rey Hargrove, Boby Sanabria, entre otros, que han prestigiado estos sublimes
momentos y han convertido a La
Habana, durante 31 años consecutivos en la capital del jazz
mundial.
Con su presidente de honor, el Maestro Chucho Valdés, el Jazz
Plaza se multiplica y crece, y cada concierto se convierte en una verdadera
fusión de ritmos, desde los estándares más clásicos hasta el movido LatinJjazz.
Para esta edición, la 29 del Festival Internacional, engalanarán
los escenarios más de treinta agrupaciones nacionales y once foráneos entre los
que se encuentran los norteamericanos Arturo O’Farrill, Andrea Brachfeld y Jazz
Urbaine, quienes junto a exponentes de Canadá, Suiza, Austria, Argentina,
Holanda, Islas Bermudas y México garantizarán un buen final de año, entre el 19
y el 22 de diciembre.
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