domingo, 4 de abril de 2021

Zule Guerra convida a un viaje por sus vivencias


Aunque hace algún tiempo que no se escucha hablar de la talentosa jazzista Zule Guerra, ella no ha dejado de crear y superarse para alcanzar la "mayoría de edad" en el entorno sonoro  internacional.

Para regresar a los espacios de socialización sonora la versatil cubana ha escogido su CD El Viaje, una producción de la casa discográfica EGREM, en la que trabaja desde hace cerca de dos años.

La importancia de aprovechar todas las experiencias adquiridas durante la vida, la capacidad de valorar los momentos especiales por pequeños que parezcan y el viaje que es la vida en sí, son los elementos tomados como referencias en ésta, la tercera producción discográfica de la joven cantautora, y la segunda licenciada con la cincuentenaria disquera.

"...es un disco que habla de la importancia de aprovechar esos momentos con intensidad y vivirlos al máximo, sin fijarnos tanto en lo que sucederá después, porque se puede cometer el error de dejar de ver lo que se está viviendo en el momento y todo lo que se ha alcanzado..", comentó Zule.

El Viaje, me atrevo a definirlo como un disco autobiográfico, teniendo en cuenta que cada uno de sus diez temas reflejan experiencias personales de su intérprete, quien además fue su compositora.

Con el volumen la sonoridad que hasta entonces ha identificado a esta talentosa joven comienza a mostrar otros matices, gracias a la sabia del maestro Ernán López-Nussa, quien ha tenido a su cargo la producción musical del fonograma que lleva a los estudios a Zule Guerra por primera vez, materializando uno de sus sueños.

Una nómina de instrumentistas jóvenes  y talentosos acompañan a una de las más exitosas jazzistas cubanas: Jesús Pupo (piano y arreglos), Héctor Quintana (guitarra), Samuel Burgo (contrabajo), Marcos Mortales (drums) y Degnis Bofill (percusión), todos comprometidos con el propósito de llegar al público con un material que supere a los dos anteriores de la artista que reorientó su camino hacia la música, luego de comenzar estudios de Licenciatura en Bioquímica en la Universidad de La Habana.

La ausencia de los escenarios musicales de Cuba y el mundo, de Zule Guerra se debió a que en el 2019 recibió el título de Master of Music Contemporary Performance and Production por el prestigioso Berklee College of Music, conocimientos que también aparecen reflejados en El Viaje, volumen que muestra favorables cambios conceptuales en su quehacer, dejando apreciar una madurez interpretativa que de seguro la ubicará en escaños superiores a los que ya ha alcanzado.


"...este disco llegó en un momento muy importante de mi carrera, justo durante el proceso de grabación fui aprobada para desarrollar importantes estudios en una de las más prestigiosas universidades de arte del mundo.

Todo el conocimiento que allí obtuve me fue especialmente provechoso para insertarlo en el proceso creativo de la producción del fonograma, así mismo estuvieron  presentes en la concepción de las acciones de comunicación para que ésta música llegara a las personas...", comentó.

La sonoridad de la Guerra ha experimentado transformaciones positivas, expresadas en este disco, con el que de seguro se afianzará en el entretejido jazzístico cubano, a donde llega con un sello que la distinguirá durante mucho tiempo.

Una mayor confianza en sus creaciones y una unidad sonora que expresa la concreción que ha ido alcanzando su trabajo son elementos que enfatizan la solidez de esta artista, eso sumado a la necesidad expresa de mostrar sus inquietudes autorales.

Las variaciones positivas experimentadas por Zule Guerra y su manera de hacer la música sobrepasan los límites melódicos, para extenderse hasta su imagen física y gráficaa, sustentadas sobre producciones audiovisuales de las que se pueden disfrutar en las plataformas de la artista y de la EGREM.

Sus apegos a la religión cubana de matriz africana, y en especial a la yoruba también encuentran espacio en las melodías de El viaje, elementos sonorosexpresados en el tema que da título al fonograma.

Como es habitual en su trabajo, este disco también llega con notables aproximaciones a sonoridades cubanas y universales, escuchándolo se identifican ritmos de criollas, tango congo, palo monte, blues, espiritual, funk y r&b, éstos últimos, géneros que marcan la trayectoria musical de Zule.

Las libertades que ofrece el Jazz son bien aprovechadas por la protagonista de este fonograma, quien destaca entre las mujeres que lo ejecutan, asomándose en esta oportunidad con un material pregnado de sus experiencias en escenarios del mundo.

Haciendo una mirada hacia su interior Zule Guerra se define con el término cambio, en ese sentido puntualizó: "...siento que estoy cambiando, evolucionando. Se que me queda mucho por aprender, pero miro atrás y estoy muy agradecida por lo que he logrado, aunque  se que  es solo el principio.

Tengo muchas expectativas y creo que hay mucho por venir, al tiempo que siento que el cambio estará presente en mis próximas producciones también, no me gusta estancarme en un solo sonido, a pesar de que me puedo identificar como una artista de Jazz...".

Antecedieron a El viaje los fonogramas Blues de Habana (Egrem, 2015), volumen que obtuvo el Premio Cubadisco en la categoría de Ópera Prima y que contó con las colaboraciones del multiinstrumentista Bobby Carcassés, el trompetista Yasek Manzano y el rapero Alexei El Tipo Este, y el DVD Sesiones de Vitrola (2018) en el cual contó con invitados de lujo como el saxofonista César López, el trombonista Eduardo Sandoval y las cantantes Vania Borges y Anaís Abreu.

El trabajo de Zule Guerra ha estado permeado por expresiones sonoras de la región, atributos que la distinguen dentro de la pequeña nómina  de mujeres de quienes ejecutan el género en el país, siendo su identificativo fundamental la marcada influencia del feling, la bossa nova y el rythm & blues.

La progresión orgánica en su notable experimentación y la interpretación vocal, establecen una dinámica bien acoplada con su peculiar manera de asumir matices diferentes en las linterpretaciones, logrando un efecto muy agradable al oído , lo que se complementa con el desempeño escénico, donde no priman exageraciones ni la interpretación de "personajes montados" para la ocasión, sino que se disfruta de Zule Guerra, tal cual

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