Fotos:
Jorge Luís Sánchez Rivera
La
República
de Ecuador es el país invitado de honor a la XXIII Feria Internacional del
Libro, Cuba 2014, una celebración que se ha convertido en el evento cultural más
multitudinario del país.
Desde
la nación latinoamericana llegaron a la Mayor de las Antillas un grupo de tradiciones
culturales que muestran parte de su historia y los elementos que la hacen
singular dentro del contexto de la región geográfica.
Teatristas
ecuatorianos escenifican en las calles de la Fortaleza de la Cabaña (sede principal de
la cita literaria) a personajes legendarios que cuentan historias interesantes
de la vida de la nación.
Él
es un danzante Otuchu de Pujilí, de la Sierra centro del Ecuador, venido desde la época
de los Incas donde se bailaba el Kapat Sitúas, (baile del guerrero) que surge a
partir de la sincretización de las diversas formas de danzar las comunidades de
la época.
Este
personaje adorna su cabezal con símbolos en agradecimiento a la
Pacha Mama (madre tierra) u otros símbolos
religiosos para ser bendecidos, este es un personaje que aparece
Dolores
Vintimilla de Galindo fue una poetiza ecuatoriana que se quitó la vida a los 27
años de edad (en 1859) por un desengaño amoroso, en su corta obra inaugura la
corriente del Romanticismo ecuatoriano.
El
pensamiento adelantado a su época, provocó que esta escritora fuera mal vista
en su ciudad natal, lo que le acarreó grandes sufrimientos.
Otra
de las tradiciones ecuatorianas que está de paso por Cuba es la técnica para la
confección de los sombreros “pacataquillas”, técnica que se realiza de manera
artesanal y que fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad el cinco de
diciembre del año 2012.
Con
más de cinco mil años de antigüedad, la técnica surgió (según estudios
arqueológicos) en la zona costera ecuatoriana y su minucioso trabajo artesanal
hace muy largo el proceso de confección.
Interesante
resulta saber que la Revolución Liberal
de 1895 fue financiada, en parte, con la venta de estos sombreros por Eloy Alfaro, quien tenía un negocio de exportación de
los mismos y el dinero que se recaudaba por tal motivo fue destinado a sufragar
los gastos de la
Revolución.
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