domingo, 28 de marzo de 2021

En la habanera calle Galiano una joya de ocho décadas


El Teatro de Variedades América tiene una significación especial para los habaneros, no hay otro en la ciudad como el lugar donde durante décadas brilló el teatro musical en La Habana, un género con poca actividad en estos tiempos  y añorado por generaciones.

Opciones para todos los gustos y necesidades de desarrollo espiritual están diseñadas desde la emblemática institución de la centrohabanera calle Galiano entre Neptuno y Concordia; la misma que ha logrado mantener su elegancia y singularidad a lo largo de ocho décadas.

La prestigiosa institución es pionera en la conformación de una Unidad Docente adscripta al Sistema de Enseñanza Artística, donde se prepara de manera intencionada al relevo en el arte del espectáculo musical.

La profesora Estela Figueroa es la Subdirectora de Capacitación y Cuadros de la entidad, labor que comparte con la de Secretaria y maestra en dicha estructura académica, sobre la que comentó:

“...esta estructura docente ha contribuido de manera notable al desarrollo de la compañía danzaria que identifica al Teatro, aportando profesionales de excelente formación.

De igual manera ha visto reflejado sus resultados en la proyección social de no pocos jóvenes que se nos han acercado con inquietudes artísticas.

Vale destacar el papel de una extensa nómina de profesionales que han contribuido con la formación de los estudiantes, quienes han tenido un impacto muy positivo en el mundo artístico y fuera él. ..”.

Dentro de las propuestas de la legendaria institución sobresalen sus acciones comunitarias: talleres de danza para niños, clases de maquillaje y peluquería especializada y otras modalidades de interés con las que se ha dado, desde 1995, respuestas a reclamos comunitarios en materia de canalizar aptitudes de niños, adolescentes y jóvenes con inclinaciones para las expresiones artísticas y otras profesiones relacionadas con el mundo del espectáculo.

El significado que ha tenido el Teatro de Variedades América para sus públicos y trabajadores es meritorio de elogios por la manera en que  ha logrado mantener  con notable estabilidad y sistematicidad su programación, pensada para satisfacer todos los gustos y complacer a personas de todas las edades.

A lo largo de su historia el otrora Cine América   ha sido un baluarte de la cultura cubana. Desde sus inicios estuvo la belleza de su arquitectura como emblema, lo que se complementa con el personal que allí labora y con lo interesante de sus propuestas.

Nacido para brillar, por su escenario han transitado las más prestigiosas figuras del espectáculo cubano e internacional: Lola Flores,  Pedro Infante, Josephine Baker, Libertad Lamarque, Sarah Montiel, Ernesto Lecuona, Rosita Fornés y Benny Moré son solo algunos de ellos.

Es un fiel exponente de la tradición escénica en la ciudad, si se tiene en cuenta su cartelera, en la que no falta el humor, la danza, la música y los espectáculos de variedades, erigiéndose  en espacio defensor de una parte importantísima del patrimonio cultural de la nación.

 


Jorge Alfaro, mucho más que el director

 Imposible hablar de la historia de este icónico lugar sin hacer mensión a Jorge Alfaro Samá, un hombre con sobradas sencibilidades para el arte, quien desde hace más de dos décadas lidera el colectivo  que allí labora.

Conocido por su apego y respeto a las más autóctonas expresiones de la cultura cubana, Alfaro se ha convertido en estandarte  para la defensa de éste, su Teatro, el mismo en que se han gestado importantes acciones teóricas en pos del arte nacional, el mismo donde las legendarias orquestas cubanas siempre tienen espacio, o donde las más  diversas expresiones de la danza, logran dialogar en el Encuentro Alabanza, el mismo espacio que ha mantenido de modo sistemático una programación infantil de excelencia, y también el Teatro donde se presentó al público por última vez la versátil Farah María.

El escaso díalogo con instituciones que rigen la política cultural del país,  la falta  de comunicación metodológica  en materia de la programación, que logre su  inserción en el circuito de  los principales eventos artísticos que suceden en la capital y otros inconvenientes, lejos de derrotas se han convertido para Alfaro en elementos motivadores para que el colectivo que lidera llegue este 29 de marzo a sus ocho décadas con la satisfacción de estar en la preferencia de un público fiel que siempre ha encontrado respuestas satisfactorias a sus exigencias espirituales.

 Los artistas agradecen

Para quienes han podido dialogar con el público desde el procenio del Teatro de Variedades América las experiencias son muchas, pero todas positivas.

Así lo reconocen líderes de  compañías danzarias que hasta allí han llegado convocados por el Encuentro Alabanza que desde hace más de una década propicia  el diálogo desde la expresión corporal.

Alabanza surge como una necesidad de actualizar ante la población habanera la situación del espectáculo musical, cinstituyendo un mecanismo para que se conozca lo que sucede con las agrupaciones dazarias que trabajan  el espectáculo de variedades, ya que la mayoría de ellos son concebidos para el turismo internacional.

Por eso Alabanza  abre espacios para todas las expresiones de la danza (del vientre, ballet clásico, danzas populares, folclóricas y urbanas)

Los maestros Manolo Micler (Conjunto Folklórico Nacional de Cuba), Caridad Rodríguez (Ballet de la Televisión Cubana), Ildolidia Ramos (Compañía Raíces Profundas) y Johanne Garcia (Compañia de Danzas Tradicionales y Folclóricas JJ) reconocen éste como espacio idóneos para el intercambio entre agrupaciones danzarias de diversas procedencias y maneras de hacer.

“...Alabanza ha sido para los integrantes de la agrupación que dirijo, un momento excepcional para interactuar con el público desde otra perspectiva, ya que habitualmemte lo hacemos a través de las pantallas de los televisores.

Presentarnos en este escenario nos ha permitido experimentar  el disfrute de los aplausos del público, algo a lo que no estamos muy acostumbrados...”, comentó la bailarina reconicida como Caruca, directora del Ballet de la Televisión.

Para el cantante Lester Lez este es un teatro de especial significación: “...desde este escenario llegué a la vida profesional, luego de resultar finalista en el Concurso La Nueva Voz.

También aquí realicé mi sueño se cantar junto a un mariachi, uno de mis más acunados sueños...”, comentó.


Y par el percusionista Alejandro Mayor el América es un sitio de singular importancia por lo que ha representado para las diversas expresiones de la cultura cubana.

“...como jazzista es muy comprometedor y gratificante poder presentar a mi agrupació (Gala Mayor) en el mismo escenario donde se presentó el gran Chucho Valdés e Irakere, una leyenda en la historia de la música de este país.

Por eso puse todo mi empeño en regresar a este lugar el Festival Internacional Jazz Plaza, evento que hemos logrado darle más visibilidad con el espacio televisivo Jazz Plaza en el América....”, apuntó.

“Realizarle ese sueño al maestro Jorge Alfaro ha sido de especial importancia para mí, porque mis respetos hacia él exceden su condición de director de uno de los teatros más emblemáticos del país, llegando hasta el plano personal, en el que lo considero uno de los más fervientes defensores de nuestra identidad nacional.

Alfaro es de esos hombres que no sólo hacen cultura, sino que son cultura, y eso es una cualidad ante la que hay que hacer una reverencia...”, comentó el también realizador audiovisual.

Las opiniones del público de todas las edades están también en  tono de agradecimiento por tenerlos siempre en el centro de sus intenciones, y de compromiso con el cuidado y la preservación del espacio que defenderán por sentirse plenamente identificados con ese colectivo.





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