lunes, 20 de febrero de 2012

Un nuevo patrimonio cultural cubano, la Rumba


El complejo de la rumba es una manifestación muy bien definida y estructurada que está presente en el panorama sonoro nacional aportando de manera significativa a la identidad de la nación cubana.

En fecha reciente fue reconocida esta modalidad como patrimonio cultural cubano, justo halago a uno de los géneros de mayor arraigo popular en la isla caribeña, teniendo en cuenta la trascendencia histórica que ha tenido como elemento que identifica a los que habitan esta tierra.

El Yambú, la Columbia  y el Guaguancó conforman el ciclo de la rumba, una de las manifestaciones musicales de mayor prestigio folclórico y popular, que se extiende hacia otras naciones con  una célula rítmica fundamental  de procedencia  africana,  compuesta por toques, cantos, bailes y pantomima.

Sus principales protagonistas  fueron los negros libres y sus descendientes, pertenecientes a distintas  étnicas africanas como  la lucumí, ganga, arará y quizás la más significativa  de todas: la gangá-bantú. De ellas se tienen referencias históricas asociadas  a esta música bailada desde los siglos XVIII y XIX  en sitios como barracones, dotaciones,  en los campos y zonas suburbanas como bateyes y caseríos cercanos a los ingenios  o fábricas de azúcar.

La instrumentación para la rumba incluye tres tumbadoras (tambor inventado en Cuba que, a diferencia de los africanos, tiene llaves; se puede afinar, y escribir partituras). Dos de los tambores, (la tumbadora prima y el segundo o tres), marcan el ritmo básico; la tercera tumbadora llamada "quinto", (que se afina más alto), da los golpes improvisados, los floreos dirigidos a los bailarines.