sábado, 30 de mayo de 2015

La Marca. Excelencia en el tatuaje


                     
La Marca es un proyecto sociocultural liderado por Leo Canosa, que desde la Habana Vieja (Calle Obrapía, # 108 C) se erige cono estudio taller donde se desarrolla el tatuaje como expresión artística.

Canosa  es toda una autoridad en el arte del tatoo y con más de dos décadas de experiencia vela por la calidad de la creación, la higiene y las medidas de seguridad en materia de salud para artistas y clientes, con lo que ha contagiado al resto del equipo de trabajo.

Otras manifestaciones artísticas con base en la expresión corporal son tratadas en este espacio, siempre vinculando a la comunidad como principal destinatario para sus acciones de capacitación, exposiciones, talleres, proyecciones de audiovisuales y otras.

Una de las formas de intercambiar con el vecindario, pensada desde La Marca, son los encuentros con adolescentes para tratar temas desde una mirada responsable en cuanto a qué exhibir, cómo hacerlo y porqué esperar hasta los 18 años para eso, al igual que la responsabilidad ante un elemento que los acompañará de por vida.

Como parte de la 12 Bienal de La Habana llegó a La Marca el mexicano Dr. Lakra para interactuar con sus homólogos y con interesados durante la primera semana, además los artistas que integran el proyecto se involucran en otras acciones comprendidas en el programa: reinterpretando carteles a través del tatuaje, presentación de performances y otras maneras de mostrar su labor.

Con la profesionalidad que los caracteriza los jóvenes que conforman ese colectivo artístico dialogan con los que llegan con una propuesta segura y bien pensada, siempre desde el principio de la perpetuidad de la obra que decidan llevar en su cuerpo.

Haciendo un poco de historia

Según cuenta la historia en las proximidades del Puerto de La Habana existió por los años 50 un lugar donde se hacían tatuajes y hasta donde llegaban hombres de mar.

Durante muchos años el tatuaje fue exclusivo de “marginales”, al decir de la mayoría de la población de la época que estigmatizaba a quienes lo poseían como seres de un mundo inferior y que llevaban en la piel las marcas de una realidad oscura.

Fueron los Ñáñigos los primeros en identificarse con  las marcas en la piel y como sus miembros por diversos motivos eran detenidos y encarcelados, se asoció el tatuaje a una forma de expresión baja, de personas con escaso nivel cultural, ladrones y delincuentes en general

De igual manera faltaba arte a los trabajos de entonces, carteles con poco valor estético, signos de una vida azarosa durante años de prisión o el recuerdo de hechos nada agradables caracterizaban a los hombres tatuados, siendo esta una carta de presentación que abría pocas puertas.
Con la elevación del nivel cultural en Cuba quedaron atrás aquellos patrones estéticos lo que abrió las puertas al tatuaje como elemento decorativo que tiene como lugar de exhibición el cuerpo humano.
La modernidad en los medios de comunicación, el mayor vínculo con turistas extranjeros y la aparición de figuras públicas con estos elementos distintivos han sido elementos detonantes en el hecho de que muchos cubanos se hayan decidido a usarlos, a lo que se une la incursión de muchos jóvenes artistas con lo que la calidad se ha elevado considerablemente.
  
La higiene ante todo

Exquisito cuidado en materia de higiene y protección caracterizan al espacio donde no falta nada de lo imprescindible para el trabajo: agujas, guantes, pigmentos, cables, máquinas y privacidad son elementos que saltan a la vista en cada puesto de trabajo.

Para evitar complicaciones sanitarias en La Marca se utilizan materiales desechables que adquieren los propios artistas en el extranjero, como parte del intercambio que sostienen con homólogos del mundo en Convenciones sobre el tema, lo que los ayuda a adentrarse en los estándares necesarios de higiene, esterilización y cuidado de los productos.

En este sentido allí se establecen vínculos con facultativos de la salud para su asesoría en materia de cuidados y prevención de enfermedades.

Una mirada al futuro de La Marca

Convertirse en referencia cuando de tatuaje se hable en Cuba es uno de los principales propósitos de los integrantes del proyecto, por lo que las acciones que desarrollan están encaminadas en esa dirección.

Cursos para futuros tatuadores, acciones de superación en materia de arte, consulta de documentos y preparación en materia de calidad higiénico-sanitaria y artística están en el interés de los artistas de este singular lugar.






jueves, 28 de mayo de 2015

Celebran 95 años del Septeto Habanero

Fotos: Humberto Isada Socarrás

Arribar a la edad de 95 años es un acontecimiento cuando se está en plenas facultades mentales y es precisamente el caso de una de las agrupaciones más emblemáticas dentro del panorama sonoro cubano: El Septeto Habanero.

Para festejar el honomástico un amplio plan de actividades se desarrollan, una de ellas aconteció ayer cuando el espacio "Trova sin Traba" de la Unión de Escritores y Artistas Cubanos (UNEAC) abrió sus puertas a un homenaje especial al que asistieron destacadas personalidades de la cultura cubana: Guido López Gavilán, la trovadora Martha Campos, erl musicólogo e investigador José (Pepe) Reyes Fortún, José Loyola Fernández (reconocido flautista y director de orquesta) y  Nestor Milí Olivera (Director de la Revista Tropicana Internacional).

La celebración concluirá con una presentación especial el martes 23 de junio en el Palacio de la Rumba (San Miguel e/ Aramburu y Hospital), hasta donde llegarán muchas de las agrupaciones que habitualmente acompañan al nonagenario formato, entre ellos la Charanga Rubalcaba, Clave y Guaguancó, Orquesta Siglo XX, Estrellas de Chocolate y boleristas que harán de la tarde una jornada especial.

Un elemento que distingue al Septeto Habanero es su condición de Escuela de Soneros, labor que desempeña desde su fundación con el propósito de contribuir a la perdurabilidad del género, ejemplo de ellos es el jóven Alfonso Moré, quien con una melodiosa voz cautiva a quienes lo escuchan.