sábado, 14 de diciembre de 2013

Por primera vez en escenario cubano


La noche del 13 de diciembre fue especial para los habaneros, cuando justo a las nueve el Teatro Lázaro Peña descorrió sus telones para el primero de tres conciertos del cantante salvadoreño Älvaro Torres.

En franca conspiración cantante-público, el Cupido cubano interpretó temas muy concidos en la Isla, entre ellos Chiquita Mía, De punta a punta, Espacios Vacíos y muchos otros que completaron más de diez temas en recorrido por su amplia producción musical.

Esta es la primera ocasión en que el cantante llega a escena cubana, y en franca correspondencia a la aceptación del público, anunció para el próximo febrero una gira por el país para llevar su música a sus admiradores.

Acompañaron al autor de Hazme olvidarla, músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba y la agrupación que habitualmente trabaja con él, quienes propiciaron un ambiente especial de intimidad y amor como regalo para el fin de año.

La emoción brotó a través de lágrimas que desde el alma enamorada de Torres dejaron ver una sensible personalidad y un gran corazón para compartir con quienes lo admiran y respetan.

Asistieron a la presentación representantes de la Embajada salvadoreña en la Isla, personalidades de la música nacional y demás figuras de las artes en el país.


jueves, 12 de diciembre de 2013

Cupido en La Colmenita


De visita en La Colmenita el salvadoreño Álvaro Torres


Fotos: Jorge Luís Sánchez Rivera

De visita por  La Habana para deleitar con sus hermosos temas a los amantes del género que sale desde el corazón para llegar al alma, el cantante salvadoreño Álvaro Torres pasó una tarde inolvidable el once de diciembre en la sede central de La Colmenita, en la céntrica esquina de las calles G y 13 en el Vedado.

Torres fue recibido por Carlos Alberto Cremata, director de la infantil agrupación músico-teatral, quien diera una detallada explicación del proyecto, sus propósitos y funcionamiento.

Indescriptible fue la pequeña presentación que para el intérprete de “Acaríciame” hicieran los pequeños colmeneros quienes expresaron, a su singular modo, la dicha de los niños cubanos.

En muestra de sencillez el anonadado visitante catalogó de bendición su estancia en Cuba y dirigiéndose a los pequeños y sus instructores comentó:

“Me quedo sin palabras porque es emocionante. Hay algo que me da envidia de la buena: saber que en este país los niños no están perdiendo el tiempo, eso es envidiable, en nuestros países hemos perdido ese privilegio.

Nuestros niños están distraídos en multitud de cosas que muchas no son productivas para la vida de los futuros ciudadanos y de verdad que me admira y me impresiona el hecho de que pequeños como los que veo aquí tengan un nivel de talento  que nunca antes descubrí en ningún otro país.

Ojalá Dios les dé todo el tiempo que necesiten para hacer crecer esta humanidad y sigan siendo paradigma para el resto del mundo. Yo me llevo un ejemplo maravilloso de todos ustedes, una muestra incalculable”

Antes de marcharse, visiblemente emocionado  regaló a  la pequeña Danna (la menor de las integrantes de La Colmenita) el tema Chiquita Mía, y sus palabras de despedida para este singular elenco fueron:

“ … de verdad, no pude imaginarme cuán impresionado y sorprendido iba  a volver a mi habitación de Hotel esta tarde, quizá pensando que es bien poco lo que he hecho por la humanidad  al escribir estas canciones.

Quiero que Dios me permita poder llevar mi música a toda la Isla, se que hay muchos cubanos que han vivido, a través de mi música, su propia historia de amor y quiero seguir siendo el cupido para los once millones de cubano”.

La ocasión fue propicia para que el famoso latinoamericano reconociera la necesidad que hay en su tierra natal de implementar iniciativas como esta, al expresar que sería muy bueno que los allí reunidos pudieran acercarse e instaurar este tipo de centro educativo e impartir ese gran ejemplo a la juventud salvadoreña,  ya que es una necesidad imperiosa para ayudar a los nuevos de esa nación.




La isla del día después, en la Servando Cabrera



Hasta el último día de este 2013 en el Museo Galería Servando Cabrera  exhibe la muestra ”La isla del día después”, del pintor Luís EnriqueCamejo.

La exposición fue inaugurada como parte de las actividades colaterales a la 35 edición del Festival de Cine de La Habana y en ella se incluye un total de 18 impresionantes piezas, de ellas once acuarelas de gran formato y siete más pequeñas, estando muy relacionada con la mirada desde el distanciamiento, lo inalcanzable.

Según refirió el artista al Diario del Festival, "La isla..." rememora un momento de su infancia, en el que observó desde el balcón de su casa, una inundación que arrastraba varias pamelas propiedad de una vecina.

Este es un tema que Luís Enrique Camejo desarrolla desde hace algún tiempo, lo que se pudo observar en la pasada Bienal de La Habana, donde participó con la pieza “Vacíos”, aproximación a tópicos muy parecidos a los de  ”La isla del día después”, título que según su autor parafrasea el de la novela “La isla del día antes”, del escritor y filósofo italiano Humberto Eco.

Nueva versión de Madame Buttefly



Mañana catorce de diciembre  a las cuatro de la tarde, en el Oratorio San Felipe Nery recibirá a la maestra MaríaEugenia Barrios, quien junto a otros destacados artistas líricos ofrecerán una nueva versión de la obra Madame Butterfly, de Jacomo Puccini.

La prestigiosa cantante compartirá escena con los vocalistas Bryan López, Waldo Díaz, Ivette Betancourt, Alejandro Zúñiga, Laura Muñóz y estudiantes de canto lírico del Instituto Superior de Arte, Universidad de las Artes, quienes serán acompañados al piano por Claudia Santana.

El espectáculo se dedicará a la obra de la recién fallecida Ana Menéndez, y al aniversario 45 del debut de la maestra María Eugenia Barrios, quien ha dejado su impronta en este estilo vocal en la isla.

La escenografía del espectáculo estará a cargo de Laura Santana y la propia maestra María Eugenia tiene la responsabilidad de la dirección de la puesta en escena.

martes, 10 de diciembre de 2013

Una joya que volverá a brillar




 Ver como se destruye un patrimonio es siempre motivo de tristeza y frustración, porque con ello se destruye parte de la historia, pero ver como hombres y mujeres se empeñan en recuperarlo, hace revivir las esperanzas y es eso justamente lo que me sucede con el emblemático Teatro Martí, joya arquitectónica que se restaura gracias al empeño de la Oficina del Historiador de la Ciudad.

Movida por la curiosidad propia de los que ejercen mi oficio, llegué hasta el lugar y conversé con Enrique Tamarí, especialista que tiene a su cargo la escenotecnia del lugar.

Rememorar los años de juventud y sus asiduas visitas al Teatro Martí, no fue muy difícil para este hombre que ahora conforma un equipo enfrascado en la recuperación de los valores arquitectónicos e históricos del inmueble ubicado en la intercepción de las calles Dragones y Zulueta en la Habana Vieja.

En sus inicios (1884), la edificación perteneció a Ricardo Irijoa, quien lo adquirió en una subasta y construyó un Teatro que llevaría su nombre, siendo en 1900 cuando adquirió el nombre del Héroe Nacional cubano.

A la interrogante de cómo recuerda el Teatro Martí, el profesional contestó: “Me quedó impresa en la mente la elegancia con que se presentó uno de los espectáculos de los años cuarenta: La viuda alegre, por lo que no dejé de asistir a este lugar a disfrutar del buen teatro.

En este espacio admiré la maestría de la interpretación de Rosa Fornés, Alicia Rico, Candita Quintana, María de los Ángeles Santana, Enrique Arredondo y muchos otros que representaban el Teatro Vernáculo”

Por la calidad de su complejo proyecto y la exhaustividad de los estudios realizados para su intervención, la rehabilitación del Teatro  Martí de la capital cubana obtuvo el Gran Premio del IX Salón Nacional de Arquitectura y Urbanismo, efectuado entre el treinta de octubre y el dos  de noviembre de 2013 en La Habana.

Actualmente el grupo interdisciplinario que se entrega a la reparación del inmueble está integrado por especialistas de luces, electroacústica, escena y arquitectura, quienes unidos a restauradores harán brillar nuevamente esta joya de la arquitectura cubana.

Según lo proyectado el futuro Teatro llevará pisos móviles en el escenario, mecánica escénica, torre de tramoya, telón de boca pintado que recreará la visón del público a la llegada, una cortina americana y una cámara oscura o clara, a la usanza de un teatro clásico a la italiana.

“Luego de la remodelación este Teatro quedará mejor que lo que fue, porque a los elementos fundacionales se les adicionará climatización, instalaciones telefónicas, sistema contra incendios y todos los elementos de la escena actual”, acotó Tamarí.

A partir de las categorías en que se dividen los teatros, el conocedor profesional comentó que este es propicio para el género chico  (musical, comedia y otros similares).

Antes de terminar quise saber qué significa para Enrique Tamarí haber sido público de un coliseo al cual hoy aporta sus conocimientos en la remodelación, siendo su respuesta:

“Como público disfruté mucho por el vínculo que tuve con este lugar, sufrí su deterioro y tuve la nostalgia de verlo cerrado por mucho tiempo, pero después experimenté la alegría de conformar el equipo que lo restauraría, lo que es motivo de gran alegría  porque ya no soy el niño que empezó viniendo a las presentaciones, ni el joven que lo disfrutó, ahora soy el adulto que trata de que la nostalgia cambie por la alegría”

Gracias a una dedicada restauración los habaneros podremos contar, próximamente, con un remozado Teatro Martí, una obra que debe quedar para la posteridad.

Maqueta: 
 

Películas polacas en el 35 Festival de Cine de La Habana



Como ya es habitual a la cita cinematográfica cubana llegan películas de todo el mundo para compartir con el cine de Latinoamérica quien es el protagonista de las jornadas.

Este año llegaron a la capital cubana muestras de Alemania, Gran Bretaña, Canadá, Corea del Sur, España y otras naciones.

De Polonia seis son las cintas que se pueden apreciar por estos días, sus títulos son: Indeleble, Imagine, Amor, La quinta estación del año, La chica del Armario y Ochenta millones.

Galardonada como mejor fotografía en el concurso World Cinema Competition, del festival Sundance en los EEUU, Indeleble cuenta una emocionante historia de amor entre dos jóvenes estudiantes polacos, interrumpida por un dramático acontecimiento que cambia sus vidas para siempre.

Otro de los filmes que está en La Habana es Amor, película premiada con  la Luna de Valencia al Mejor Largometraje. Este largometraje narra la historia de una complicada relación de pareja a  la que aparentemente no les falta nada para ser feliz, pero sobre la que pende una sombra de intriga que pone en peligro su estabilidad.