sábado, 10 de diciembre de 2016

Rumba cubana, patrimonio del mundo




“…la rumba es inteligente porque rompe barreras suburbanas y religiosas para instalarse en las urbes capitalinas y acogerse en los parches del tambor sin perder la auténtica sonoridad de la caja de bacalao o la más aguda y pequeña cajitas de velas del barracón.
Es inteligente porque asume la crónica del diario vivir, narra venturas y peripecias del ser social en el Guaguancó, como el romancero español hizo con la copla, la espinela y otros géneros literarios.
Es inteligente porque desde la opresión de la esclavitud surgió como un mito de liberación y fue fuente principal de innovación y ruptura de viejos paradigmas.
Es además subversiva y catártica, tuvo que enfrentar a la implacable autoridad del dogma y la hegemonía.
Es tan cubana que nada la ha podido adulterar, ni los intentos de mistificarla entre las farandulezcas luces del cabaret o los espectáculos del Music Hall, ella se ha dejado vestir de lentejuelas, pero a la vez se ha sabido sacudir cuando el quinto repica con ganas y las cucharas golpean con ardor… ”
Con estas palabras de Miguel Barnet, escritor, etnólogo y presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), comenzó el acto en el que los rumberos cubanos, entre tristezas y alegrías celebraron la declaración de la Rumba como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
El encuentro tuvo lugar en la Sala Abelardo Estorino del  Ministerio de Cultura y estuvo dedicado al Comandante en Jefe como precursor y defensor de las expresiones de la cultura popular tradicional.
Egmidio Isidro Merencio Blanco “El Millo”  es el director de grupo Iyerosum y fue el elegido para, en representación de sus colegas, recibir la declaración de la UNESCO en la ciudad africana de Adis Abeba.
En relación con las sensaciones que experimentó al recibir la declaración, comentó a esta publicación: “…la emoción fue muy grande, hasta las lágrimas se me salieron.
El recibir ese gran premio es algo excepcional, no solo para mí que tuve la oportunidad de vivirlo, también para todos los rumberos, para los que están y para los que han dejado su huella.

 Esa declaración de la UNESCO es de todos los rumberos de Cuba y de todos los rumberos internacionales, de nuestros alumnos que en el mundo la practican y la defienden…”
A grandes de la música cubana como Chano Pozo,  Merceditas Valdés, Celeste Mendoza, Tata Güines, Virulilla y Saldiguera, está dedicado este momento, como agradecimiento por cultivar un género preterido por muchos y defendido por quienes llevamos la cultura popular como bandera.
Ejemplo de la defensa de la rumba y de denodados esfuerzos para su reconocimiento como patrimonio de la humanidad es el proyecto internacional Timbalaye, del cual la bailarina folklóricas Irma Castillo es vicepresidenta “

El proyecto que represento cumplirá dos décadas de creado, pero objetivamente trabajando para este resultado llevamos diez años.
Desde el 2006 presentamos un expediente al Ministerio de Cultura de Cuba, con el propósito de movilizar a la nación y sentirnos cada cubano, parte de esta expresión de la cultura popular
Vale destacar nuestros agradecimientos a Fidel y a la Revolución por dar la posibilidad de que los rumberos, que antes limpiaban zapatos, ahora sean tratados como artistas, ese es uno de los logros de esta obra”.
A la interrogante de qué hará el proyecto internacional, para celebrar esta declaración, la rumbera puntualizó: “…ya estamos proyectando acciones para el 2017 en países como Italia, México y París, países donde además de Cuba realizaremos varias actividades comprendidas en el programa La ruta de la Rumba…”
Recordar a los que confiaron en esta expresión es perpetuar sus memorias, Yosvani del Pino, director fundador de Yoruba Andabo, Gregorio Hernández, el Goyo, Juan de Dios Ramos Morejón, Mínini y Carlos Embale son nombres obligados en la extensa lista de hombres del puerto, del solar y de los plantes abakuá que amaron la rumba y se convirtieron en su bandera.
“El principal desafío que impone para nosotros los rumberos, el que ahora seamos cultores de un ritmo Patrimonio de la Humanidad, está en ser cada día mejores artistas, que nos superemos y que estemos cada vez mejores educados en el género, su interpretación sonora y danzaria, que lo estudiemos cada día más, para romper con los cánones que marginan el género, por considerarlo menor”.
Con estas palabras concluyó “El Millo”, la entrevista, con la certeza de que ahora la Rumba será más respetada que antes.


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