martes, 2 de mayo de 2017

El Jazz en Cuba, una herencia legendaria



Entrevista al pianista cubano Gonzalo Rubalcaba
Más de dos décadas lleva residiendo en el exterior el músico cubano Gonzalo Rubalcaba, uno de los más talentosos pianistas reconocidos en el mundo por la calidad de sus interpretaciones y el virtuosismo que los caracteriza.

En medio de las celebraciones por el Día Internacional del Jazz que ha motivado una jornada en La Habana, dialogamos con el talentoso músico Gonzalo Rubalcaba, heredero de una tradición de importantes instrumentistas de esta Isla.

¿Cómo ha sentido el reencuentro con su público cubano?
Llevo 26 años viviendo fuera de Cuba, pero no he dejado de venir, he estado en Cuba en varias ocasiones por situaciones familiares, aunque en una u otra ocasión he estado en escenas cubanas.

Ahora esta oportunidad es otra forma de constatar la grandeza de este país en términos creativos, la variedad que tiene y la aparición de talentos constantemente. Este es un país que se ha distinguido por eso y siempre es bueno regresar y poder relacionarte, conocer qué está pasando, ver que la gente no te olvida y que siempre tiene cariño para darte.

Esas son vivencias que siempre me hacen sentir que en Cuba tengo mi casa y mi público.

Hoy está en Cuba con motivo del Día Internacional del Jazz. ¿Qué significado tiene este contexto para usted?
El Jazz tiene una presencia muy fuerte en nuestra historia musical, muy legendaria y mayor a lo que muchos creen. A mi esta celebración me trae los recuerdos de los de mi generación que intentábamos encontrar un lugar en la escena cubana.

Ahora regresar como parte de la celebración y de esta estética musical que es el Jazz y que no le pertenece solo a Estados Unidos, sino al mundo entero, es un privilegio que da mucha satisfacción, convirtiéndose en un estímulo tremendo para reafirmarnos en la utilidad de los años que hemos invertido en función de este sueño de hacer música al amparo del Jazz.

Ver como ya no es exclusivo en un área, se ha convertido en un campo donde muchas gentes de muchas partes pueden expresarse, por lo tanto quiere decir que nuestro trabajo tiene la posibilidad y el alcance para otros muchos de referencias musicales diferentes, y que Cuba tiene un significado más allá de lo musical, desde lo político, lo social y en muchas otras direcciones.

Lo más importante creo que es el hecho de que este no es un evento aislado, sino que establece raíces y códigos permanentes de relación y de comunicación, creo que ahí también está representado el trabajo que hemos hecho para que este día llegue y que estas condiciones se den para las nuevas generaciones.

¿Crees qué hay un Jazz cubano reconocido en el mundo?
Los cubanos tenemos una forma de hacer nuestras cosas y de decir nuestro mensaje musical, no me atrevo a afirmar la existencia de un Jazz cubano, pero si una tradición muy fuerte que se da en Cuba por la actitud desprejuiciada que tiene el cubano de acercarse, abrazar e involucrarse con otras formas de hacer música sin miedo a perder su identidad, porque cree que es la manera genuina de enriquecerse.

Esto nos diferencia de otros países que son más celosos en dar más participación a lo que viene de otro lugar fuera de su entorno nacional, eso es lo que diferencia al cubano, que es atrevido, aventurero e inquieto. Viéndolo desde ese punto de vista creo que si tenemos mucho que nos distingue en la música en sentido general, en la tímbrica, en la entre línea, en el doble sentido y en la manera en que vivimos la música y aplicamos la herencia musical e histórica a lo que hacemos.

Por supuesto que la escuela tiene mucho que ver en eso, pero no quiero ser irrespetuoso, porque soy agradecido con la educación que tuve, pero creo que Cuba no solo se debe a un resultado académico, sino a un ADN que tenemos los cubanos y que está más allá de la escuela, más allá de la docencia, es algo que no se estudia, no se compra. Está o no está.


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