jueves, 11 de abril de 2019

Obra "Las Medusas" llega desde El Salvador a la XIII Bienal de La Habana




Entrevista a  Alexia Miranda, artista salvadoreña

Las artes plásticas y visuales de Cuba y el mundo son, por estos días, el centro de atención para artistas y público que desde varias latitudes llegan a la capital cubana para celebrar los 500 años de la Villa San Cristóbal de La Habana, con la XIII Bienal de La Habana, una fiesta que revoluciona espacios públicos con intervenciones que cambian la imagen de la ciudad.

Desde el Salvador llegó por primera vez a esta cita  Alexia Miranda, una artista que  trae una interesante propuesta que ocupa el patio central del Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam (Calle San Ignacio 22 esq. Empedrado. Plaza de la Catedral. La Habana Vieja), sobre la que nos comentó en exclusiva. 

¿Qué la motivó a venir a la cita habanera?

La Bienal de La Habana tiene una gran trayectoria en el mundo de las artes contemporáneas y visuales, ha logrado un gran renombre que atrae a cualquier artista.

Aceptar y venir a la Bienal, además de ser invitado lo considero como un reto aceptado, lo que implica dialogar con el contexto de esta ciudad, Cuba y el espacio, las dificultades que se manifiestan, lo que de conjunto detona en los artistas situaciones en que la creatividad debe crecerse en puntos de crisis en que se exige mayor ingenio para resolver la obra.

Coméntenos sobre la obra que trajo a la Bienal

Es una pieza que se titula Tejido colectivo: Las Medusas, es un tejido que comencé a realizar en El Salvador en el año 2011, tratando de sanar los espacios públicos.

Tejo con gaza estéril, la misma con que se curan las heridas en los hospitales. Y lo hago a partir de la realidad de mi país, que es bastante complicado a nivel político y social, ha enfrentado varios años de guerra civil y procesos relacionados con Maras (pandillas), postguerras, por lo que nuestros espacios públicos no nos pertenecen, son de los maleantes agrupados en las Maras.

Por esta realidad el pueblo se ha acostumbrado a vivir hacia adentro, detrás del alambre, del portón, lo que ha hecho que las personas no sean muy participativas, aunque desde hace poco se percibe la necesidad de la población de salir a las calles.

¿Cómo surgió la idea de esta obra?

Empezó como una actividad lúdica, motivada por llevar el arte a la gente, sacarla a la calle y que las personas asumieran el protagonismo de ser agente artístico y se empoderaran convirtiéndose en artistas.

¿Cuáles fueron sus objetivos iniciales?

Crear las condiciones metodológicas y conceptuales para que la gente común participara de actividades extraordinarias, en su cotidianidad y junto a personas por las que sienten afecto, lo que propiciaría que se dieran cuenta de que el arte yambién puede ser una forma de entablar nuevos códigos de relación a través del intercambio.

Por eso se teje en colectivo y en círculos, buscando la democracia y la conectividad entre los participantes. Aquí hemos trabajado junto a jóvenes estudiantes de artes plásticas, con mujeres de avanzada edad, con personal de este centro de arte y con otros artistas del mundo que se han sumado.

La pieza está concebida para que las personas participen y propongamos un patrón de conjunto, lo que se negocia en la búsqueda de un ritmo en el que todos se sientan comprometidos en una obra que simula estar dibujando en el aire.

¿Por qué Las Medusas?

En alegoría a la pieza de Théodore Géricault (1819) "El naufragio de la medusa, en la que la autoridades abandonan la balsa y la gente se queda sola.

Para mí ese es un factor importante de mencionar, ya que somos los ciudadanos los que hacemos la acción participativa, quienes estamos presentes haciendo nuestro tejido y añadiendo un punto en él, pero dónde queda la jerarquía.

En todos los países considero que se vive esa sensación de ausencia ante la interrogante de dónde está el contenedor del "todo", y he querido dar otro matiz y otra lectura a esa realidad, expresada a través del tejido.

¿Cuáles son sus expectativas con esta obra y el público que la visite en la Bienal?

El día de inauguración el público también estará participando en la terminación den parte de la pieza que hemos dejado incompleta, con ese propósito.

No vengo con una expectativa concreta, sólo quiero mostrar lo mejor de mí con mi trabajo.
Este ha sido una linda experiencia en la que hemos conocido a otras personas, sus historias y vivencias, con lo que se he cumplido parte de la obra. 

Esta es la segunda ocasión en que Alexia Miranda está en La Habana, la primera vez fue en 2006, cuando luego de un premio obtenido en El Salvador lo representó en el Salón de Arte Digital que para ese año convocó el Centro Pablo de la Torriente Brau.



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