Regresa el Conjunto Folklórico Nacional de Cuba a la Sala Avellaneda en febrero

60 y+ Un mar de expresiones defendiendo tradiciones 

 Como parte de las acciones para festejar las seis décadas del Conjunto Folklórico Nacional de Cuba, a celebrarse el siete de mayo de 2022 se ha diseñado un abarcador programa que incluye la presentación, en febrero, en la Sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba.

Las funciones están previstas para los días 25, 26 y 27 en los horarios habituales de la popular Sala (viernes y sábado 20:30 horas  y domingo 17:00 horas).

Para la ocasión la emblemática Compañía prepara un programa concierto que con el título De Cuba sus ritmos, incluye una muestra del quehacer de sus artistas en el acercamiento a las expresiones musicales y danzarias que conformanla identidad nacional cubana.

Entre las obras que se podrán disfrutar aparecen en el programa las conocidas Abakuá, Yanza, Obatereo, Tumba Francesa, Gagá, Danzas populares y temas del cancionero cubano.

Así mismo la formación que dirige el destacado coreógrafo Manolo Micler, Premio Nacional de Danza 2017, retomará Guerrero, obra que hace algún tiempo no lleva a la escena.

Para disfrutar de la presentación del Conjunto Folklórico Nacional de Cuba en la Sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba las entradas estarán a la venta en la taquilla del Teatro a partir del martes 22 de febrero.

Fundada a principios de 1962 por el folklorista cubano Rogelio Martínez Furé y el coreógrafo mexicano Rodolfo Reyes Cortés esta Compañía ha desarrollado un estilo de arte que teatraliza lo más genuino del folclor cubano, reflejando las tradiciones desde sus orígenes hispánicos, africanos o provenientes de otras regiones.

Al tiempo que expresa en cantos, ritmos y danzas la contemporaneidad de las creaciones populares como el Son, el ambo, el danzón, los géneros campesinos y la rumba.

El CFNC es el encargado de cumplir la misión de revalorizar, preservar y divulgar ese acervo cultural en el campo musical y danzario, siendo su objetivo seleccionar aquellas formas de verdadero valor artístico para organizarlas de acuerdo a las exigencias teatrales más modernas.

Sus primeros integrantes fueron hombres y mujeres del pueblo que se desempeñaban en diversas ocupaciones y que aprendieron cantos, toques y bailes producto de su formación familiar, conservándolos y transmitiéndolos de generación en generación.