Proyecto Comunitaria Casa de Cultura Diez de Octubre |
Fotos: Jorge Luís Sánchez Rivera
Las expresiones de la cultura comunitaria durante 2016 han sido
fundamentales en la preservación de los elementos básicos de la cultura popular
y tradicional, aspecto en el que el sistema de Casas de Cultura habanero ha tenido un papel fundamental.
Encuentros de Coro, de
Danza, de Teatro y de Artes Plásticas mostraron al público los conocimientos
adquiridos en los talles que imparten los instructores en esas instituciones
culturales.
La Feria de Arte
Popular, los concursos De donde Crece la
Palma y Martín Colorín y el
encuentro Escaramujo, protagonizado
por los instructores de la Brigada José Martí son de los principales momentos
del trabajo de creación artística y literaria en las comunidades capitalinas,
escenarios donde se desarrollan las
habilidades y actitudes de sus integrantes, con la ayuda de los instructores de
arte.
En ese mismo sentido destaca
el Carnaval habanero como expresión en la que se materializan y concentran la
música, la danza, las artes plásticas y el teatro, en un evento que cada año
llega al Malecón habanero en cumplimiento
con una tradición que aunque ha
perdido elementos que la identifican, satisface la expectativa de una gran
parte del público.
Villa de San Cristóbal |
En relación con ese
evento Rafael Pérez Gil, director artístico y líder del espectáculo alegórico Villa de San Cristóbal comentó: “al
Carnaval le han pasado muchas cosas, en primer lugar el cambio de fecha y de
locación, la poca atención que brindan las entidades municipales a las
comparsas tradicionales y la falta de motivación de las nuevas generaciones son elementos que atentan en
contra.
Pero si hay algo que
resaltar de esta festividad es su carácter popular y el hecho de mantenerse
como elemento indispensable en el quehacer cultural comunitario…”
El mayor dividendo de las acciones artísticas y literarias que tienen
por sede las comunidades habaneras está en la manera en que contribuyen con el
desarrollo psicológico social de sus miembros y por consiguiente en la
conformación de mejores seres humanos.
Pero no solo los más jóvenes reciben los efectos de las acciones y
proyectos comunitario, también miembros de otros grupos etarios son objeto de ello. Un ejemplo está en Atrapa Sueños, acción que en el
municipio Diez de Octubre abre espacios para personas de la tercera edad,
quienes reciben preparación en manualidades, dibujo y literatura, además de tener un espacio donde disfrutar de la buena música cubana
tradicional interpretada por coetáneos aficionados y una vez al mes por los
legendarios músicos del Septeto Habanero, agrupación sonera con 96 años de
existencia.
Con la asesoría de instituciones culturales que rigen el trabajo
artístico en las comunidades (Casas de Cultura), los promotores culturales de
cada barrio tienen en sus manos un inmenso caudal de posibilidades para
contribuir al desarrollo armónico de la comunidad.
La materialización de las acciones y proyectos culturales comunitarios
se hacen visibles en eventos en los que se producen interesantes intercambios
de experiencias y en los que todos resultan ganadores, por el simple hecho de
adquirir nuevas motivaciones para hacer arte desde y para la comunidad.
En la capital cubana no resulta extraño encontrar un sábado en la mañana
a niños dibujando, montando una obra de teatro o poniendo a disposición del
público lo aprendido en materia de danza, música, artes plásticas o literatura,
habilidades adquiridas en los Proyectos Comunitarios de cada barrio.
En materia de trabajo cultural comunitario aún queda mucho por hacer, la
preservación de las instituciones y los instrumentos destinados a ese fin y
la permanencia de los profesionales en
estas labores deben ser elementos de análisis para lograr mayor efectividad en
esta importante esfera de la vida social y cultural del país.
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