Iyerosun es el vocablo
yoruba con el que se identifican los polvos con los que los sacerdotes de Ifá
realizan las adivinaciones en esa religión, práctica que llegó a Cuba como
parte de la trata de esclavos y que ha trascendido en el tiempo.
Ese es el apelativo con que
se conoce en el panorama musical cubano a una de las agrupaciones rumberas que
por estos tiempos prestigia el pentagrama nacional por el tratamiento que da a
un género que ha identificado a la nación: El
Millo e Iyerosun.
De esta agrupación que
dirige Esmidio Merencio Blanco (Millo) llegó a la edición XXI de la Feria
Internacional Cubadisco el CD Patrimonio,
volumen concebido en los estudios de la casa discográfica EGREM y que constituye
un recorrido sonoro por la historia del controversial género reconocido en 2016
como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Sonoridades ancestrales del
complejo de la Rumba (Yambú, Columbia y Güagüancó) aparecen expresadas en el
fonograma que en trece temas compendia el quehacer de la joven agrupación que ha logrado un espacio
de reconocimiento por cultores y bailadores de rumba.
Invitados especiales a este
CD, ópera prima, son los reconocidos cantantes Emilio Frías (el Niño) y Rubén
Bulnes (voz líder del grupo de rumba Ozain
del Monte), quienes agradecieron la invitación por ser este un grupo que
protege los elementos esenciales en la
identidad sonora de la Isla.
Patrimonio
es
un excelente material fonográfico que recoge la presencia de elementos de
matriz africana con significativa influencia en un género estrechamente vinculado
a la religiosidad popular, propiciando un acercamiento a la Karabalí, a la
Regla de Osha y al Palo Monte como expresiones del sistema mágico-religioso
cubano.
Devenido
homenaje a la rumba más antológica y referente para las actuales y futuras generaciones
de rumberos cubanos, Patrimonio será
un referente obligado para quienes se acerquen a la manera más longeva de hacer
la rumba, desde la creación o la investigación.
En
él Egmidio Merencio Blanco (Millo),
director y productor del CD materializa el propósito de mantener
vivo el género y registrar la obra de icónicos autores e inolvidables cultores
de un género que vio la luz en el puerto habanero, para encontrar domicilio en
los solares de la capital y que han hecho trascender en la historia hombres y
mujeres de pueblo, entre los que sobresalen nombres como Saldiguera, Andrea
Baró, Tata Güines, y otros grandes.
Patrimonio es también un homenaje a Guillermo
Amores, consagrado productor musical fallecido recientemente, quien en los
últimos tiempos dio todo de sí en pos de que la Rumba cubana se erigiera en
bandera para la defensa de la identidad musical del país.
Títulos
como “Cuba que linda es Cuba”, “Suenan los Cueros”, “Rumberos Caídos”, y
“Cimarrón” (dedicado al aniversario 50 de la novela homónima de Miguel Barnet),
“Rumbero Soy” aparecen en el volumen que culmina con “Rumba para el Comandante Invicto”, un homenaje a Fidel
Castro Ruz en el que se recoge el sentir de un gremio que desde los cueros de
los tambores también hace la historia de Cuba.
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