Se despide la etapa vacacional con un saldo positivo en
materia de arte y literatura, interesantes y atractivas opciones fueron
diseñadas desde las instituciones culturales en la capital para satisfacer las
expectativas del público.
Destacan como las opciones de mayor aceptación y
afluencia de público el programa Rutas y Andares que para descubrir en familia
propició, este año, el acercamiento a la historia de populosas calles de la Habana, la arquitectura, la
música, comunidades y a la llamativa
Quinta de los Molinos, al tiempo que diseñó los andares virtuales como una
posibilidad de recorrer La Habana desde las tecnologías.
La Feria Arte en la Rampa con un bien pensado
diseño estructural que repitió la experiencia del pasado año en la distribución espacial de stands,
proporcionando mayor espacio para la apreciación de las propuestas de los
artesanos del país.
El Carnaval de La Habana, que para esta ocasión superó lo esperado,
con un resultado favorable que se correspondió con el diseño de vestuarios y
carrozas que regaló al público un
espectáculo de mayor lucidez y organización.
Este es uno de los festejos siempre tiene más
detractores, pero este año, en mi opinión fue muy superior a ediciones
anteriores, lo que evidencia una voluntad de sus organizadores en función de
llegar a los 500 años de La Habana con una festividad especial en colorido,
música y concepción.
Otra de las iniciativas que agradeció mucho el público
fue la propuesta del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfico (ICAIC),
con un Festival de Cine de Verano semejante, en calidad de sugerencias, al
Internacional que se celebra cada diciembre. En las principales salas de cine
de la capital se proyectaron más de 700 filmes, de diversas nacionalidades,
temáticas y géneros.
Ese mismo Instituto llegó al verano con nuevos
videojuegos y materiales para los niños, de entre los que destaca la serie Tutu que se transmite por la Televisión nacional, al
tiempo que su alianza con las casas discográficas ha tenido especial
repercusión en la calidad y variedad de materiales puestos a disposición del
público.
La inauguración de un nuevo complejo cultural: Plaza 31 y 2, con variedad de
posibilidades para todos los gustos y edades destaca entre las principales
victorias de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM) en este
verano, un bello espacio en el centro de una comunidad con carencias de este
tipo, no solo resulta atractivo desde el punto de vista cultural, sino una
labor social de invaluables méritos.
Esta misma disquera, la más antigua e importante del país,
protagonizó especiales momentos durante julio y agosto: la declaración de Luna
Manzanares como artista exclusiva de su catálogo, las presentaciones de discos
y los conciertos de importantes músicos y agrupaciones sobresalen como acciones
de gran aceptación social.
La literatura también tuvo momentos importantes que
culminarán, este dos de septiembre, con la celebración de una
jornada especial en la calle 23, las artes escénicas estrenaron interesantes
piezas teatrales en todas las salas capitalinas, las artes plásticas se
destacaron con las exposiciones en el Centro Provincial de Artes Plásticas y
Diseño (Luz y Oficios) y con una especial muestra colectiva de las piezas que
atesora el Consejo Nacional, que tuvo por sede la Galería del Gran Teatro de
La Habana
“Alicia Alonso”.
En ese mismo espacio la música lució sus mejores galas
con tres conciertos espectaculares, protagonizados por pianistas de talla
excepcional quienes aglutinaron a miles de amantes del jazz y de la excelencia
de sus interpretaciones.
La jornada abrió con el gran Chucho Valdés, quien ofreció
una noche de lujo para los que allí nos dimos cita, los siguió el joven
Alejandro Falcón y su quinteto Cubadentro, quienes junto a invitados de elevado
talento desafiaron la lluvia para encontrarse con un público ávido de opciones
como esta, donde el buen gusto y la elegancia se confabulan en pos de la
calidad.
Y para el cierre de la trilogía se reservó a Gonzalito
Rubalcava, un cubano que ante el piano merece reverencias. Esta iniciativa del
Instituto Cubano de la Música
vale el agradecimiento del público en momentos en que el mal gusto y la
banalidad están ganando espacio.
En los municipios festejos populares, en las casas de la
música y espacios para el baile buenas propuestas, en la Tribuna antimperialista la
presentación de las agrupaciones de música bailable de mayor convocatoria y
sugerencias de humor en salas de teatro de la capital, complementan una
programación veraniega de calidad.
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