jueves, 7 de diciembre de 2017

Un premio por hacer arte



Luego de arduos años de trabajo, el ser reconocido con un Premio por la obra de la vida es, sin dudas, una gratificante motivación para continuar la obra, y ese es el caso del habanero escultor orfebre Jorge Luís Gil Rodríguez, quien recibió el agasajo de sus colegas al ser reconocido en la edición 21 de la Feria Internacional de Artesanía que hasta el venidero 17 de diciembre se desarrolla en el recinto ferial Pabexpo.
 
¿Qué significa para usted este Premio?

Cuando se da un premio de esta categoría, se han tenido muchas cosas en cuenta, de la misma manera que considero que hay muchos otros colegas que debieron recibirlo primero que yo, pero hay alguien muy cerca del cielo quiso que  yo fuera el elegido.

Agradezco mucho a todos los que me acompañaron en esta travesía desde Cuba hacia otros lugares, pero siempre regresando a este puerto carenas de San Cristóbal de La Habana donde he echado raíces profesionales y donde decidieron reconocerme con tal alta distinción.

¿En qué consiste su trabajo?

Soy escultor orfebre desde hace más de tres años, comencé con metales preciosos, como se hace tradicionalmente, pero desde hace 27 años aproximadamente, comencé a trabajar con el Titanio, un metal que no tiene antecedentes en este arte.

Pienso que he logrado algunas cosas, no lo suficiente porque cada mañana es un desafío, y a eso he entregado mi vida.

¿Qué aceptación ha tenido en el público s propuesta artesanal con el Titanio? 

No creo ser el más indicado para valorar ese tema, pero pienso que ha sido bien recibida sobre todo en los tiempos actuales, en que hay cierta confusión entre el arte y la artesanía, y lo que llega del primer mundo que no siempre n tiene la novedad y la calidad con que se vende, creo que un grupo de artistas, entre los que me cuento, hemos tomada lo iniciativa de demostrar cuánto de auténtico se puede hacer desde el tercer mundo al que pertenecemos.

¿Desempeña usted alguna labor comunitaria para formar nuevos artistas?

Aún no, ahora tengo un Estudio-Galería en La Habana Vieja, ubicado en la Calle Cuba e/ Amargura y Teniente Rey, que todavía no funciona de manera comunitaria, pero que de seguro disfrutaría mucho que los interesados lleguen con sus expectativas.

¿Qué nuevos desafíos trae este Premio para usted?

Te confieso que no trabajo para un premio, mi mayor reconocimiento está en ver mi obra caminando por las calles junto a alguien que las exhiba.

Continuaré trabajando como hasta ahora, en una entrega total al arte, hasta que alguien decida que ya no soy útil, y confieso que ojalá eso se demore muchísimo.

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