viernes, 1 de junio de 2012

Celebrando con felicidad

A mediados de la década del 50 del pasado siglo, la Asamblea General de la ONU recomendó que se instituyera en todos los países un Día Universal de la Infancia, que se consagraría a la fraternidad y a la comprensión entre los niños y las niñas del mundo entero y se destinaría a actividades propias para promover el bienestar de los niños y niñas del mundo

Desde 1982 la humanidad decidió dedicar el primero de junio a la infancia, aunque sería mejor que también lo hiciera los 364 días restantes de cada año, cuando se sabe que más de 600 millones de infantes en el mundo viven en la pobreza; millonaria cifra de pequeños de entre cinco y 14 años trabajan en países del Tercer Mundo; no reciben educación o padecen lesiones limitantes causadas por las guerras o conflictos armados.

Bien diferente es la situación de los niños cubanos, quienes disfrutan de sabida protección desde mucho antes de nacer, atención educativa y de salud que se materializa en el programa Educa a tu hijo, y en los Círculos Infantiles, hecho que es reconocido a nivel planetario.

El proyecto social por el que apostó este pueblo con la victoria del 1 de enero de 1959, cuenta en la actualidad con cerca de 25 mil promotores, más de 80 mil educadores y con el apoyo de varias instituciones sociales y gubernamentales.

Pero la felicidad de nacer en esta Isla del Caribe la expresa Maciel Moya Martínez, una pequeña de 7 años que con sus palabras expresó sentirse segura en esta Isla por la protección que recibe, los derechos que tienen los de su generación y las posibilidades que para los más chicos se abren desde esta sociedad, imperfecta pero diseñada con todos y para el bien de todos, según dijera José Martí

Los datos no mienten y los padres no nos dejarán hacerlo. Aquí está para amigos y detractores, la verdad,  sobre los hijos de una nación que inscribió en sus banderas para siempre al ser humano como lo primero y más importante.



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