El joven jazzista Jorge Luis Pacheco
(Pachequito) participó con su singular manera de crear, en el I Encuentro
Internacional Danzonero "Miguel Failde in
Memorial" que se desarrolla en la ciudad de Matanzas hasta el tres de abril.
Con el talentoso músico
dialogamos para conocer sus impresiones y de sus planes futuros.
¿En
tu condición de joven músico, qué importancia le confieres a este encuentro?
Es muy importante teniendo
en cuenta que es una iniciativa que contribuye al rescate de un género
imprescindible en la identidad sonora del país.
Como jazzista también
defiendo la música cubana, incorporándole las sonoridades propias del género,
sus vertientes y variantes, pero siempre tratando de llevar ambos de la mano,
lo que denominamos ahora "Jazz cubano", a partir de que mi generación
defiende el son, el chachachá y el danzón desde un formato de jazz.
¿Cómo
se manifiesta la influencia de los ritmos cubanos en tu música?
Mi música toma las
influencias de lo más autóctono, además de la de matriz africana, el cuarteto que
trabaja conmigo ha incorporado, en no pocos temas, los tambores bata, y de
igual manera hacemos uso de la riqueza de todos los géneros cubanos.
¿Que
posibilidades te brinda el jazz?
Desde pequeño tuve la
necesidad de crear, a composiciones clásicas de alcance universal (Beethoven,
Chopin, Bach), siempre les incorporaba otros elementos que se me ocurrían.
Siempre estuve muy
interesado un tomar música de los programas infantiles, de no quedarme atado a
una partitura y el jazz da la libertad de expresar lo que realmente sientes.
Esto no quita la
posibilidad que ofrece la música que ya está escrita, pero, estás reproduciendo
lo que alguien creó, mientras que cuando tocas jazz estas diciendo tus propias
palabras.
En mi caso, por ejemplo,
cuando me siento bien lo expreso en el piano, y cuando me siento mal también me
refugio en él.
Para
muchos el Danzón es letra muerta, un género que ya no cabe en el entorno sonoro
actual, en el que predominan ritmos foráneos. ¿Qué opinas tú?
El danzón es un género
bastante antiguo del que han devenido otros como el son y el chachachá y es muy
bueno retomarlo para que no se pierda la tradición de hacer, pero es imprescindible
contemporizarlo para que pueda dialogar con los que en la actualidad priman.
Para mí la longevidad
del Danzón ha sido muy funcional, sobre
todo en escenarios internacionales, donde no lo conocen mucho y al descubrirlo
la reacción es asombrosa. Quizá eso no sucede en Cuba porque estamos más
acostumbrados y por eso le restamos importancia.
¿Cuáles
son los planes futuros de Pachequito?
Recientemente grabé dos
discos, uno en Filadelfia (Estados Unidos), en el que quedó recogida una buena
parte de mi creación y la influencia de las sonoridades cubanas, y otro a dúo
can el maestro Javier Salva en el que nos acercamos más a la música clásica,
aunque con improvisaciones, son Sonatas Jazz donde sobre la estructura clásica
realizamos espontaneidades. Ambos materiales deben ser presentados al público
cubano.
Igualmente me uní a mi
hermana (pianista residente en Alemania), en un audiovisual dirigido por
Alfredo Ureta y que está en producción, esperemos que salga pronto y que le
guste al público.
Mi trabajo de ahora ha
ido mutando hacia el World Music, estoy cantando, hago rap y muchas otras cosas.
Desde el punto de vista
de los compromisos internacionales, dentro de diez días debo salir a Estados
Unidos primero y de ahí a Alemania donde junto a mi hermana protagonizaremos un
concierto a dos pianos.
Antes de partir me
presentare ante el público cubano en Fábrica de Arte Cubano.
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