Entrevista a Armando
González Perón
"La voz del
Carnaval de La Habana"
El Carnaval de la Habana es un fenómeno cultural de gran arraigo
popular, que desde 2011 tiene una voz que lo identifica: la de Armando González
Perón, un habanero que gustoso dialoga con los lectores de esta publicación.
¿Cómo llega Perón al Carnaval capitalino?
Mi primer encuentro con esta fiesta tuvo lugar en el 1995 de la mano del
gran maestro, Oscar Gómez Galván, ya fallecido, quien me pone a trabajar, en el
desfile de ese año, junto a otro grande del espectáculo: Cecilio Alfonso.
Hasta el 1999 estuve trabajando con Alfonso, ya me había graduado como
director artístico y me vinculé al equipo de realización del Carnaval de La
Habana.
¿En qué momento comienza las labores de presentador?
En el 2000 comienzo a trabajar como presentador, pasaron los tiempos y
motivado por la curiosidad empecé a apropiarme de algunos conocimientos sobre
este festejo, me documenté sobre las comparsas, sus colores, sus músicas y sus
historias.
En especial me motivé con las farolas. Siempre digo a mis compañeros que
ellas son las que identifican a las comparsas.
¿Entonces considera usted qué son las farolas
los elementos más importantes de las comparsas?
Claro, el vestuario puede cambiar de estructura y de dolor, los temas
musicales pueden ser diferentes cada año, pero las farolas no cambian.
"Desde 2011 es usted "la voz del
carnaval de La Habana, que ha significado para Perón?
Aquella declaración me puso muy feliz, y desde entonces es una motivación
para ser cada día mejor, es algo que seguiré haciendo igual en cualquier
tribuna que me asignen, porque lo
importante es estar en esta gran fiesta.
¿Por qué ha permanecido tantos años?
Porque me gusta esta fiesta, de todo el trabajo que hago como
presentador, el que más disfruto es
precisamente en el que se muevan grandes masas, en los que estoy en contacto
directo con el público.
Muchos me preguntan por qué no hago radio, ese realmente no me interesa,
aunque es divina la radio, prefiero el Carnaval por permitirme compartir con el
público, me gusta eso, ver su reacción y disfrutar de su alegría.
¿Qué ha dejado el Carnaval de La Habana en
Armando González Perón?
Muchas cosas, no siempre buenas, a veces sin sabores, a veces deseos de
que las cosas salgan mejores, pero en sentido general una gran experiencia y
mucho conocimiento.
¿En su opinión cuál es la base fundamental del
Carnaval?
Las comparsas Tradicionales serán por siempre el sustento del Carnaval,
son las que hay que potenciar, porque si ellas desaparecen y empezamos a
tergiversar ese concepto y a surgir comparsas contemporáneas, perderíamos la
tradicionalidad del Carnaval y se convertiría en una fiesta popular con espectáculos
novedosos.
¿Entonces tiene usted algo en contra de los
espectáculos nuevos?
No, quiero a los espectáculos nuevos porque la cultura es renovación y
esa es una realidad innegable, pero es necesario tener cuidado porque no se
puede perder El Alacrán, Los Marqueses de Ataré, El Componedor de
Batea, ni la Jardinera, por solo mencionar algunas.
Ninguna de esas comparsas tradicionales deben desaparecer, porque ellas hicieron una historia y
mostraron la cara real del Carnaval de la Habana, ese que era en invierno y que
lo hacemos ahora en agosto.
¿Teniendo en cuenta su experiencia, cómo puede
mejorar el Carnaval de La Habana?
El Carnaval de La Habana puede mejorar rescatando su identidad y
obligando a los directores de las comparsas legendarias a mantener los elementos
danzarios, sonoros y de alegoría que las han identificado a lo largo de más de
un siglo.
La Jardinera tiene que seguir cantando su estribillo "...ahí viene
la Jardinera, viene regando flores...", que por cierto es el estribillo de
música de carnaval más cantado en el mundo.
Defender sus vestuarios originales, es otra manera de perpetuar la
tradición trabajar un poco más en el concepto de las farolas como icono del
Carnaval.
Quizá involucrar a los Sindicatos y a las Direcciones Municipales de Cultura
para que apoyen a sus comparsas, mejorar la atención y las ofertas gastronómicas,
revisar los precios de las localidades para disfrutar del paseo y hasta alargar
el recorrido.
Los comparseros no cobran, lo hacen por amor y no debemos matarles esa
actitud, hay que mantenerla viva dándole el valor que tiene.
Cuando le demos ese valor, cuando El Alacrán vuelva a tener machetes,
cuando recupere su guinga, cuando La Boyera salga nuevamente con el cha chá que
la identificaba como parte de su patrimonio, entonces el Carnaval volverá a
ocupar el lugar que una vez tuvo.
¿Con tantos elementos perdidos, considera que el
Carnaval de La Habana puede desaparecer?
No, porque nada que el pueblo tenga en sus manos y quiera, se extingue,
esas extinciones no funcionan, lo que si hay es que ponderarlo, porque siempre
habrá familias, barrios y comunidades para defenderlo.
¿Cuál es el elemento que, en su criterio, atenta
de manera más significativa contra el Carnaval de La Habana?.
Son muchos los elementos que lo deterioran, pero está pidiendo a gritos
mayor apoyo de las autoridades, mayor atención y ayuda, como sucede en el resto
de las provincias del país, donde todos se sienten parte y responsables del
Carnaval, eso aquí en la capital no se logra.
En ocasiones escuchamos a la voz popular con preguntas en relación a
cómo funciona en Santiago de Cuba, en Camagüey o en cualquier pequeño pueblo,
donde se logra un Carnaval precioso y en la Habana no. Esas son cosas que
pasan, pero que se pueden solucionar.
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