martes, 23 de agosto de 2016

El Carnaval de La Habana tiene una voz




Entrevista a Armando González Perón
"La voz del Carnaval de La Habana"



El Carnaval de la Habana es un fenómeno cultural de gran arraigo popular, que desde 2011 tiene una voz que lo identifica: la de Armando González Perón, un habanero que gustoso dialoga con los lectores de esta publicación.

¿Cómo llega Perón al Carnaval capitalino?

Mi primer encuentro con esta fiesta tuvo lugar en el 1995 de la mano del gran maestro, Oscar Gómez Galván, ya fallecido, quien me pone a trabajar, en el desfile de ese año, junto a otro grande del espectáculo: Cecilio Alfonso.

Hasta el 1999 estuve trabajando con Alfonso, ya me había graduado como director artístico y me vinculé al equipo de realización del Carnaval de La Habana.

¿En qué momento comienza las labores de presentador?

En el 2000 comienzo a trabajar como presentador, pasaron los tiempos y motivado por la curiosidad empecé a apropiarme de algunos conocimientos sobre este festejo, me documenté sobre las comparsas, sus colores, sus músicas y sus historias.

En especial me motivé con las farolas. Siempre digo a mis compañeros que ellas son las que identifican a las comparsas.

¿Entonces considera usted qué son las farolas los elementos más importantes de las comparsas?

Claro, el vestuario puede cambiar de estructura y de dolor, los temas musicales pueden ser diferentes cada año, pero las farolas no cambian.

"Desde 2011 es usted "la voz del carnaval de La Habana, que ha significado para Perón?

Aquella declaración me puso muy feliz, y desde entonces es una motivación para ser cada día mejor, es algo que seguiré haciendo igual en cualquier tribuna  que me asignen, porque lo importante es estar en esta gran fiesta.

¿Por qué ha permanecido tantos años?

Porque me gusta esta fiesta, de todo el trabajo que hago como presentador, el que más disfruto  es precisamente en el que se muevan grandes masas, en los que estoy en contacto directo con el público.

Muchos me preguntan por qué no hago radio, ese realmente no me interesa, aunque es divina la radio, prefiero el Carnaval por permitirme compartir con el público, me gusta eso, ver su reacción y disfrutar de su alegría.

¿Qué ha dejado el Carnaval de La Habana en Armando González Perón?

Muchas cosas, no siempre buenas, a veces sin sabores, a veces deseos de que las cosas salgan mejores, pero en sentido general una gran experiencia y mucho conocimiento.

¿En su opinión cuál es la base fundamental del Carnaval?

Las comparsas Tradicionales serán por siempre el sustento del Carnaval, son las que hay que potenciar, porque si ellas desaparecen y empezamos a tergiversar ese concepto y a surgir comparsas contemporáneas, perderíamos la tradicionalidad del Carnaval y se convertiría en una fiesta popular con espectáculos novedosos.

¿Entonces tiene usted algo en contra de los espectáculos nuevos?

No, quiero a los espectáculos nuevos porque la cultura es renovación y esa es una realidad innegable, pero es necesario tener cuidado porque no se puede perder El Alacrán, Los  Marqueses de Ataré, El  Componedor de Batea, ni la Jardinera, por solo mencionar algunas.

Ninguna de esas comparsas tradicionales deben desaparecer,  porque ellas hicieron una historia y mostraron la cara real del Carnaval de la Habana, ese que era en invierno y que lo hacemos ahora en agosto.

¿Teniendo en cuenta su experiencia, cómo puede mejorar el Carnaval de La Habana?

El Carnaval de La Habana puede mejorar rescatando su identidad y obligando a los directores de las comparsas legendarias a mantener los elementos danzarios, sonoros y de alegoría que las han identificado a lo largo de más de un siglo.

La Jardinera tiene que seguir cantando su estribillo "...ahí viene la Jardinera, viene regando flores...", que por cierto es el estribillo de música de carnaval más cantado en el mundo.

Defender sus vestuarios originales, es otra manera de perpetuar la tradición trabajar un poco más en el concepto de las farolas como icono del Carnaval.

Quizá involucrar a los Sindicatos y a las Direcciones Municipales de Cultura para que apoyen a sus comparsas, mejorar la atención y las ofertas gastronómicas, revisar los precios de las localidades para disfrutar del paseo y hasta alargar el recorrido.

Los comparseros no cobran, lo hacen por amor y no debemos matarles esa actitud, hay que mantenerla viva dándole el valor que tiene.

Cuando le demos ese valor, cuando El Alacrán vuelva a tener machetes, cuando recupere su guinga, cuando La Boyera salga nuevamente con el cha chá que la identificaba como parte de su patrimonio, entonces el Carnaval volverá a ocupar el lugar que  una vez tuvo.

¿Con tantos elementos perdidos, considera que el Carnaval de La Habana puede desaparecer?

No, porque nada que el pueblo tenga en sus manos y quiera, se extingue, esas extinciones no funcionan, lo que si hay es que ponderarlo, porque siempre habrá familias, barrios y comunidades para defenderlo.

¿Cuál es el elemento que, en su criterio, atenta de manera más significativa contra el Carnaval de La Habana?.

Son muchos los elementos que lo deterioran, pero está pidiendo a gritos mayor apoyo de las autoridades, mayor atención y ayuda, como sucede en el resto de las provincias del país, donde todos se sienten parte y responsables del Carnaval, eso aquí en la capital no se logra.

En ocasiones escuchamos a la voz popular con preguntas en relación a cómo funciona en Santiago de Cuba, en Camagüey o en cualquier pequeño pueblo, donde se logra un Carnaval precioso y en la Habana no. Esas son cosas que pasan, pero que se pueden solucionar.




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