Cada catorce de diciembre, en Cuba, se celebra el Día del Trabajador de la Cultura, en recordación de Raúl Gómez García, joven luchador reconocido como el Poeta de la Generación del Centenario.
En fecha como esta los artistas y creadores
son agasajados por la importante labor que realizan, y para este año las
motivaciones aumentan, porque además del quehacer diario en la salvaguarda de
la identidad cultural cubana, o en la creación contemporánea, se suman la labor
encomiable en la recuperación de los daños ocasionados por los huracanes que
azotaron el país en el pasado septiembre.
Artistas de todas las manifestaciones y
procedencias, sin distinción entre aficionados y profesionales, participaron de
manera conciente aportando su talento en función de aliviar el dolor por la
pérdida, y esas son actitudes a reverenciar en este, su día.
De igual manera desde las Casas de Cultura,
los teatros, el cine, desde la música, la danza, la literatura y las artes
plásticas los creadores cubanos hacen revolución y defienden sus principios, en
correspondencia con la definición que hiciera el Comandante en Jefe, de la
cultura cubana, cuando la catalogó como Escudo y Espada de la nación.
Los trabajadores de la cultura cubana son fieles
exponentes de la vida y obra de una sociedad donde los sueños y fantasías
tienen un lugar preponderante.
Muchas son las aristas del trabajo en este gremio, la
música, las artes plásticas y escénicas, la literatura, la danza, el cine, la
radio y la televisión son sólo algunas de las manifestaciones que agrupa.
Destacadas personalidades del mundo del audiovisual, la
escena, el sonido u otros escenarios inciden en la espiritualidad de los
cubanos y exponen al mundo el resultado de la enseñanza artística de la Isla.
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