sábado, 15 de septiembre de 2012

Artecorte, mucho más que un Museo de la Habana Vieja






En el año 1999 un grupo de barberos y peluqueras se reunieron para trabajar de conjunto con el propósito de dignificar estos oficios, uniéndolos al arte y la historia, lo que dio lugar al Proyecto Artecorte, un museo que se erige en la vivienda de Gilberto Valladares, en el segundo piso de Aguiar número 10, entre Peña Pobre y Avenida de las Misiones, en la Habana Vieja.

Según reseña Tribuna de la Habana la idea original involucraba no sólo  a los vecinos, sino que entendieron necesario extenderse también a los trabajadores por cuenta propia y a las Empresas del sector estatal ubicadas por los alrededores para lograr sensibilizarlos, que les apoyaran, y además, ir inculcando en todos el sentido de pertenencia. 

En la casa devenida institución cultural existen dos muestras permanentes, Hasta el último pelo, de un artista de los alrededores, y El sueño de un barbero, creación artística del propietario. 

Artecorte ha influido en el entorno y ya la cuadra es espacio para  otras obras, de mediano y gran formato, donadas por sus autores, y que alegran y embellecen el entorno, obras que comparten espacio geográfico con  una escuela dirigida principalmente a jóvenes desvinculados donde se enseña el oficio y sus valores  y donde los servicios se brindan totalmente gratis a la población.

Para llegar a los más chicos, los protagonistas de  este sui géneris proyecto laboran en un parque infantil donde “los aparatos”, estarán diseñados como herramientas del oficio y donde existirá un pequeño salón de barbería, lugar que han bautizado con el nombre de Barbeparque.

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