Representantes
de la intelectualidad cubana reflexionan sobre
Fidel
Entrevista a Luís
Morlote Rivas, Vicepresidente Primero de la UNEAC
El fallecimiento del
Comandante en Jefe de la Revolución cubana es un suceso que ha conmovido a los
artistas y escritores cubanos a partir del significado que para la
intelectualidad ha tenido la figura histórica de Fidel Castro Ruz.
De este hombre de talla
inconmensurable habrá que hablar en
presente por mucho tiempo, su obra es parte indisoluble de la conformación de
la identidad nacional, hecho que reconocen los miembros de la intelectualidad
nacional
Para conocer el criterio de
los miembros de la Unión
de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) dialogamos con Luis
Morlote Rivas, vicepresidente de la institución que agrupa a artistas y
escritores cubanos.
“Esta es una pérdida para la
que no estábamos preparados, eso se percibe no solo en el gremio de artistas y
escritores, también se hace visible en el profundo silencio que hay hoy en las
calles de La Habana.
Fidel es para nosotros, como
para el pueblo cubano, ese líder indiscutible, ese hombre que desde que nacimos
ha encabezado cada proceso de la Revolución cubana, es además el intelectual
que se sentaba de igual con escritores, artistas de la plástica y músicos en
cualquier espacio para reflexionar y razonar”.
¿Cómo
recuerda a Fidel la intelectualidad cubana”
El no imponía sus criterios,
por el contrario, te llevaba a profundizar y recapacitar sobre la importancia
de una u otra decisión.
Recuerdo de manera especial
los profundos debates que tuvieron lugar durante el Congreso de la Asociación Hermanos Saiz
(AHS) del año 2001, al que llegamos con mucho ímpetu a hablar de temas que
considerábamos lejanos para él como la difusión del rock y el rap en Cuba, el tratamiento a los
trovadores que retomaban fuerza.
A mi mente vuelve la
paciencia, el cariño y el respeto con que nos escuchó y nos dio sus opiniones,
con que nos ayudó a razonar y buscó el modo para que los jóvenes de entonces
pudiéramos realizarnos en el sistema institucional de la cultura.
Esas son enseñanzas que
nunca olvidaremos, en los principales espacios de debate y reflexión entre
intelectuales surgieron los más importantes programas de la Revolución, y
siempre con Fidel a la cabeza, con él discutimos de manera diáfana sobre la
discriminación racial, la igualdad, el papel de la mujer en la sociedad cubana
y otros importantes temas.
Me es imposible olvidar su
empeño en hacernos profundizar en la necesidad de hacer un país más culto y del
que nació la constitución de la Brigada de Instructores de Arte “José Martí”, y
la vocación de servicio y social que tenía que ser parte de la personalidad del
artista cubano, comprometido con su pueblo.
¿Considera
que desde su posición fue alguien que impuso su criterio en cuanto a la
política cultural cubana?
Fidel no fue alguien que
dictó una política cultural, sino que nos ayudó a hacerla de conjunto, a pensar
todos y participar en su conformación de manera abierta y donde la diferencia
tuviera espacio.
Eso explica, de alguna
manera el shock que tenemos todos ante la noticia de su fallecimientos, porque
aunque en ocasiones no lo viéramos estaba ahí, siempre presente, ocupado y preocupado
por todo lo que sucedí en el país y en especial en el arte cubano.
¿Cuál
es el principal desafío para los artistas cubanos de hoy?
Hoy tenemos que seguir
defendiendo sus enseñanzas y su pensamiento, y el mejor homenaje que podemos
hacerle en este profundo dolor es materializar su obra, llevar a las
generaciones que vivirán décadas solo con lo que uno les cuente de Fidel, sus
enseñanzas.
Él nos dijo en el Congreso
de la Juventud, en un mensaje a los
jóvenes que nuestro deber es vencer, y yo creo que eso es lo que tiene que
hacer cada miembro de la sociedad, seguir pensando en un país cada vez mejor
desde su pensamiento y sus ideas, con el deber de construirlo diariamente.
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