sábado, 21 de enero de 2017

Retratos de religiosos cubanos en muestra pictórica



Entrevista al artista de la plástica Osvaldo Ferrer Miranda
 
El salón de la tercera planta del Museo Casa de África ha recibido un nuevo inquilino al que dará cobija hasta el venidero mes de marzo.
 
El joven artista de la plástica Osvaldo Ferrer Miranda llego desde Camagüey con la muestra Tratara nietos de Dios II,  una colección de dibujos a practicantes de la religión de matriz africana, en todas sus expresiones.

Coméntanos sobre este trabajo

Este trabajo  surgió cuando comencé el quinto año de la carrera, en la Universidad de las artes, con el propósito de que fuera mi proyecto de tesis de graduación.

Luego de meses de estudios me decidí por los retratos a practicantes, a partir de la carencia de obras que perpetuarán la presencia de pilares importantes dentro de la religiosidad afro cubana.

Personajes tan fundamentales en la cultura cubana como el "brujo" o el "santero", no fueron recogidos antes en obras pictóricas, a excepción de Landaluce que lo retrata con tono burlón, no encontré referentes y eso me motivo a tomar este camino.

¿Es esta tu primera exposición personal?

No, la primera fue mi graduación en el contexto de la pasada Bienal de La Habana y que tuvo por sede las áreas exteriores de la Universidad de las Artes, titulada Tataranietos de Dios.
Me centro en estas personas porque en alguna medida son el linaje de los brujos y santeros del siglo XIX, a los que no pude acceder, por la notable lejanía epocal.

¿Cuantas piezas tiene la muestra y cuál es la técnica empleada?

Diez piezas conforman esta muestra, seis de gran formato y cuatro medianas. La técnica empleada es óleo sobre lienzo.
 
¿Porque el retrato como vía para expresarte?

Porque esta muestra juega, en el tiempo, con la pintura de finales del siglo XIX y principio del XX, momento en que la clase pudiente eternizaba su imagen a través de los retratos y  esta es la idea de mis piezas, hoy los veo como la manera de dar a conocer al público una cultura y mi trabajo, pero tan bien mi interés está en que dentro de dos siglos se va como un legado.

Estas personas son homenajeadas en esta obra, ellos no solo practican la religión, sino que defienden una cultura.

¿Está en tu propósito dedicarte al tema de la religiosidad de matriz africana?

Esta etapa de mi obra la voy a centrar en esta temática, quiero rendir homenaje a estas personas que forman parte de una gran familia, aunque no hayan vínculos sanguíneos. Los padrinos son los consejeros y merecen mi respeto.
 
También quiero comenzar a trabajar en una línea que muestre mi montero estación personal del fenómeno de la religión.

Me acerco, en esta exposición a personas que son iconos en la comunidad y que aún viven en el interior del país.
 
¿Solo te inclinase por la Regla de Osha o te acercas a otras manifestaciones?

Con esta muestra me aproximo, además, al Vodu haitiano, al Espiritismo y en la próxima Bienal de La Habana presentare una colección dedicada y basada en el Palo Monte.

¿Cuál era tu línea de trabajo anterior?

Otra completamente diferente que rozaba con otros presupuestos artísticos más cercanos al objeto, desde el punto de vista conceptual.

¿En qué centras tus planes más inmediatos?

Tengo planes muy ambiciosos para la próxima Bienal, en la que pretendo intervenir el Museo de Arte Cubano con una pieza de un formato mucho mayor.

Esa obra se mantiene sobre el tema de la ausencia del personaje religioso en la historia de la pintura cubana.

Esa pieza centraría todos estos retratos en uno solo, y pondría a dialogar una obra mia con la historia pictórica de la nación.



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