domingo, 11 de noviembre de 2018

Rumbazo para La Habana

Con el color del tabaco y el cafe, el sabor de la caña y el mar la Rumba, género músico danzario reconocido como Patrimonio Inmaterial de la humanidas es el centro de las actividades que por tres noches tienen lugar en La Habana  como regalo a esta añeja ciudad próxima a cumplir  499 años.

La segunda edición de "Rumbazo" pone en su justo lugar al género que durante décadas ha identificado a esta nacion, minimizado por algunos y reverenciado por muchos en el mundo que con respeto lo reconocen como raiz de una cultura que ha aportado matices a la universal.

Mezcla de africano y español, el genero profano ha acompañado a Cuba en el proceso de conformación de su identidad y como cronista ha contado con fidelidad y respeto los mas importantes momentos de la historia sociocultural y política de la Isla, siempre con la sencillez del trabajador portuario o del hombre simple de los solares, pero sin grocerias y con la rudeza de los que más han sufrido para sobrevivir.

18 de las mejores agrupaciones cultoras del genero en el país se han dado cita este fin de semana  en espacios hananeros con el proposito de dialogar a ritmo de clave y  tambor: Yoruba Andabo, Clave y Guaguanco, Muñequitos de Matanzas, Rumbata, Osain del Monte, Timbalaye, Ochareo, Los Papines y Rumba Timba son algunas de las protagonistas de las jornadas donde la cubania reina en toques, cantos y danzas.

El Teatro Mella abre sus puertas una vez mas a su majestad La Rumba, por su escenario transitan las esencias de Chano Pozo, Yosvani del Pino, Saldiguera y Pancho Quinto, esta vez en manos y corazones jóvenes q con la impronta de su tiempo le imprimen nuevos matices y la enriquecen ante los ojos del mundo.

Para cerrar la noche, un Rumbata diferente llego desde Camagüey con una propuesta escénica que dejó atónito al público: pregones, chancletas de palo, cajones y sus cuerpos fueron suficientes para levantar de las butacas a los mas elegante

Mis felicitaciones para los chicos de Wilmer Ferran, quienes se crecen en cada presentación y demuestran que Rumba es vida.

"Aquí el que mas fino sea responde si llamo yo...", reza en uno de los poemas de Nicolás Guillén, y ese poder de convocatoria del tambor se pone de manifiesto cada noche, cuando de todas partes corren a su llamado para abarrotar la sala y disfrutar hasta el delirio de lo contagioso del ritmo.

El Salón Rosado de La Tropical, el lugar donde se han consagrado los grandes de la música bailable, también acogió a Rumbazo 2, allí hicieron galas de su virtuosismo dos jóvenes y talentosas agrupaciones: Timbalaye y Osain del Monte, las que convocados a la escena dejaron en firme que la Rumba no va a morir.

Para el cierre, este domingo a las cinco de la tarde, especial momento para la Arenas de Cuba (Matanzas), los sexagenarios Muñequitos llefaean con sus herederos Rumba Timba, La Academia y La Rumba soy yo, para poner punto final a un evento que la cultura cubana agradece a la musicóloga Cary Diez, en su incesante afán de proteger a Cuba salvaguardando sus mas raigales expresiones.

De igual manera las palmas para el norteamericano Ned Sablette, admirador, promotor, guardián y defensor de la Rumba cubana, por regalar este necesario momento al público habanero, devolviendo a su espacio original a Pedrito Martinez, músico y bailarín heredero de Yoruba Andabo y Clave y Guaguanco, quien con sus manos sobre los cueros dio gracias a la Rumba por todo lo que es y ha sido.



No hay comentarios:

Publicar un comentario